Puede sangrar o dejar que la herida sea sólo la tumefacción que nos hace recordarla. El perro, o el recuerdo del perro que una vez se echara junto al lecho, lame el dolor como si fuese esta la forma de hacer el camino de regreso; como si la madera, aún olorosa a monte o a barniz barato, fuese la promesa del camino que hemos de hacer. Mírale y cuenta los años, los días, las horas que tu madre ha contado ya varias veces. Mírale y si puedes, sostén su mirada, ya que no su pesar. No harás honores a imágenes que un día querrás olvidar. No darás la espalda al recuerdo en que habitan otras ausencias. El paño más humilde, el lienzo noble en que ocultaron su desnudez los hombres, soporta hoy la escritura. Las palabras, más que la rodilla o el pie descalzo, son hoy el único alimento para el mito o la creencia. Para la esperanza.
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