lunes, 29 de septiembre de 2008

NUNCA MI SOMBRA

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Estoy trazando un círculo, un círculo de agua;
.........florecerá en la estrella, en el ilustre tiempo
.........florecerá y su sombra
.........tendrá el amargo aliento de la bestia que gime.

Estoy trazando un círculo, una flor en el túmulo
.........que el tiempo alaba y teme.

Borra el perfecto margen que sus armas elude,
.........borra sus armas, borra
.........el filo que en la nieve ampara y reconforta.

Ah, si aún oculto siento vibrar los hilos leves
.........en que el agua rugiese su tierna intolerancia,
.........escribiré en el blanco rostro que no te nombra
.........mi temor, nieve última, sobre la cierta nieve.

Escucharás el canto, canto si canto fuere
.........agredir el silencio
.........con la palabra blanca que sostiene el vacío;
.........escucharás y el polvo
.........será una puerta frágil.

Estoy trazando un círculo,
.........si cantas para mí será más breve
.........la línea otrora azul que cruza el agua;
.........será más breve el agua y podrás verla
.........como se mira el agua cantando en el silencio.

Sentada al borde mismo, la línea te recorre
.........equidistante, turbia
.........como el agua que funda la más profunda ausencia.
Interroga la oscura noche de los equívocos,
.........nunca mi sombra, nunca
.........mi voz de cielo y páramo.
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viernes, 26 de septiembre de 2008

SOLICITUD DE AYUDA

He recibido un correo de EHB que hago público por dos razones: la primera porque considero que es un tema importante para todos los que de una forma u otra tenemos interés en el destino de Cuba, y la segunda porque se me pide explícitamente que me sume al esfuerzo que vienen realizando el editor y sus colaboradores para sostener el blog Penúltimos Días, y lo considero atendible.

Fecha: Fri, 26 Sep 2008 17:06:19 +0200 [11:06:19 CDT]
De:
Ernesto HernandezBusto
Para: heriberto@bluebirdunion.com
Asunto: Solicitud de ayuda

Estimados amigos y/o donantes de PD:
He publicado hoy una nota en
"Penúltimos días" anunciando la dolorosa decisión que he estado tratando de prorrogar casi un año. He hecho varios esfuerzos estos últimos meses para obtener financiación, y seguiré haciéndolos. Pero también quisiera lanzar una campaña privada para que cada uno de los lectores del blog haga una donación de 20 euros, y así poder prorrogar el trabajo editorial que hemos hecho, al menos hasta mediados del 2009, que esperemos traiga mejores noticia para Cuba y los cubanos que estamos fuera de la isla. Agradezco enormemente las donaciones que han hecho al blog en el pasado, y quería pedirles que hagan un nuevo esfuerzo y se sumen (y divulguen) esta campaña. Creo que es la única forma de mantener un espacio independiente de noticias y opinión con la calidad necesaria. Dos años de trabajo han dado resultados, y de veras me dolería tener que abandonar lo que ya se ha conseguido, en términos de estadísticas, influencia, etc, y sobre todo porque el blog es cada vez más leído en Cuba. Pero espero que comprendan que sin ningún tipo de ayuda económica seguir dedicando 10 horas diarias a bloguear es más de lo que puede pedírsele a cualquiera. Ojalá puedan echarme una mano.
Un saludo cordial,
Ernesto Hernández Busto
www.penultimosdias.com


Este blog se siente en la obligación de divulgar esta campaña y solicitar a sus lectores, fieles u ocasionales, que consideren la posibilidad de seguir nuestro ejemplo y dar $u aporte en lo que pueda valer.

lunes, 22 de septiembre de 2008

EQUÍVOCO

Termino de leer La que se fue", antología de los cinco libros publicados desde el año de 1976 hasta 1994 por el poeta cubano Félix Luis Viera y La primera palabra que me viene a la mente es equívoco. Y digo equívoco y no error o equivocación, porque no serian palabras exactas para describir la sensación de estar contando algo que apenas puedes entender, de estar en el sitio equivocado, de no saber si la constatación de la ausencia o el vacío es parte esencial de lo poético o su materia misma. El poeta, por caminos diversos llega siempre al mismo sitio y allí está ya de algún modo, porque este es un viaje, el mismo, eterno. Se reencuentra con el que fue al final de numerosos viajes y los textos no son más que la crónica, el relato nada objetivo, los apuntes en el cuaderno de navegación o en los borde del mapa. Pero, ¿Qué hay en este lugar al que insiste en llegar repetidamente? ¿Qué puede sustentar dedicar una vida a intentar llegar, desde y por todos los caminos, a un sitio conocido, siempre el mismo? Sólo la duda, la presunción de que puede ser de otro modo. El equivoco, no el error, deja un margen estrecho en que naufraga la regla, el dogma y puede sobrevivir la poesía.


CASA
Esta es la casa donde no habitamos
Esta es la casa con su jardín elemental,
aquí el librero, la lámpara
a la medida de inmensas jornadas de lectura,
aquí los muebles; en el centro –o ya
no sé si en una esquina, no recuerdo–
un haz de flores (naturales, claro)
Esta es la casa donde no habitamos,
discreta y honda hacia la sangre como un verso, la casa
donde dos –o tres, ya no recuerdo– niños
ensayan sus colores
Esta es la casa donde no hay un gesto
que no haya partido del amor
Aquí su dormitorio, sus sábanas azules –o blancas, no recuerdo–
donde no nos acostamos
Esta es la casa que dibujamos de memoria,
la que hoy apenas podríamos (tú o yo) describir, la que ha quedado
como una semilla rota al borde del camino.

Suerte
que la vida
se hace también de las cosas que no fueron.

NUNCA AL FIN
Afirmo que hay una casa pequeña en un claro de bosque,
flores alrededor, tomeguines
que cantan desde el ramaje todo el día.
Va hacia la casa un camino que se abre entre el follaje.
La luz trasciende los verdores, toca tierra
y es como si floreciera la luz desde la propia luz.
La pequeña casa dentro del pequeño paisaje es azul pálido, blancas
sus puertas y ventanas.
Y en la puerta una mujer se asoma al final de la tarde
esperando
al hombre que a esa hora regresa diariamente.

Afirmo que es mentira.
No hay casa ni flores ni tomeguín ni bosque
ni camino.
Ni luz ni ventanas blancas.
Afirmo que es mentira,
nunca al fin hubo nada de esto
ni lo habrá.
Afirmo que es mentira,
yo nunca regresaré al atardecer
y tú nunca me esperarás en puerta alguna.
Félix Luis Viera: Poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la UNEAC, 1976), Prefiero los que cantan (1988), Cada día muero 24 horas (1990), Y me han dolido los cuchillos (1991) y Poemas de amor y de olvido (1994); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983) y Precio del amor (1990); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988), Serás comunista, pero te quiero (1995) y la noveleta Inglaterra Hernández (Universidad Veracruzana, 1997) con una segunda edición a cargo de la Editorial Capiro en el 2003, Un ciervo herido, Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2003. Fue director de la revista cultural cubana Signos. Desde 1995 radica en México.

IMPOSIBLE, POETA, IMPOSIBLE

Buscándote escribí cientos de cuartillas,
creyéndote posible le conté a mis amigos
de tus virtudes y defectos, les hablé de tus dones
de tu amor por la poesía y por los niños.
Creyendo que te había encontrado proclamé
tu nombre y te llevé a reuniones y conciertos,
envié cartas donde daba fe del hallazgo.
Pensando que eras Tú me acosté contigo
y.........sentí.........que.........copular.........era.........precisamente.........eso:
la consecución de una verdadera religión para los hombres.
Como estaba seguro que existías me emborraché contigo,
bebí contigo en cantinas y bares peseteros,
canté para ti boleros, tangos y baladas, te leí
poemas de Vallejo.

Decenas de cuartillas escribí afirmando que ahora sí.

Hoy mi costado se nubla
me falla el pie izquierdo
se doblan mis espaldas
y el enfisema definitivo avanza hacia la puerta final.

Hoy te digo adiós
sé que nunca llegaste
que nunca te tuve
que nunca has estado en ninguna parte.
Hoy sé que era imposible que existieras así como quería.

Foto de Erick A. Hernández.

domingo, 21 de septiembre de 2008

HANGING JUDGE

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Camino del patíbulo, ha buscado su rostro
.........como quien busca el rostro de la muerte.
Culpable repite,
.........repetirá culpable una y otra vez
.........y el camino será más corto y el tiempo menos árido.
No recuerda el sabor de la duda,
.........los colores perdidos que viste la inocencia.
Son los paños oscuros que cubren la verdad,
.........las enguantadas manos del recuerdo
.........
ordenando el silencio en que se tiende y sueña.
Culpable o no,
.........no importa si es posible culparle,
.........basta que exista, basta
.........que haya vivido un día perdido entre los hombres.
Ha buscado su rostro
.........pero ha tiempo que nadie podría reconocerle,
.........camino del patíbulo,
.........no importará la duda, no importará el silencio.
Ha buscado su rostro
.........y él se vuelve, se busca
.........en el vacío espacio que un día fue su vida,
.........la gracia que ha negado.
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jueves, 18 de septiembre de 2008

HEME

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Furtivos, las escaleras de ascenso a la alta torre.
Dejaremos el miedo encerrado, la arena blanquísima,
la casa de cristales ahumados
donde una anciana pausadamente hilara
y las fieras tendidas a las puertas del hambre.
Entraremos furtivos, buscaremos la puerta simulada.



Heme aquí dividido, más no disienten amor las dos mitades.
Heme aquí dividido, más no la muerte amor desacostumbra
su conjunción de pájaro que vuelve.
Heme y no has de soñarlo,
si no has visto el abismo,
el abismo que amargo voy abriendo
caminando de espaldas hacia ti.
Si se hunde la cierta estrella,
estará
y se habrá despeñado en el abismo nuestro.
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domingo, 14 de septiembre de 2008

UNA U OTRA PUERTA


Tras una u otra puerta puede estar tendida la fiera,
la muerte en su total concepto.
Tras la madera, en la que aún puede sentir
la soledad de un árbol,
una mujer sostiene un frasco de aceite,
una vasija de agua fresca.

Una breve espada para cortar la inminencia del zarpazo,
el aliento del animal que buscará en su cuello
el sendero olvidado
en que se confunden las frondas
y el silencio de una noche aún más larga.

Puede el halcón trazar un arco
desde el puño enguantado
hasta el férreo silencio que sostienen
largas lanzas de fresno hiriendo el aire.
Puede volar pausado cortando el ya intangible olor del miedo,
de izquierda a derecha,
hacia el portón también cerrado de occidente.

Es el eterno filo,
el cortante filo del vidrio en que bebimos.

jueves, 11 de septiembre de 2008

SI TEMBLAMOS

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Mi herida es mi instrumento, mi soledad, mi canto,
mi estandarte en la sangre,
asta endeble clavada en las ruinas que el pecho cubre y niega.
Tristes yermos del alma, quién su silencio cuida,
quién espera en su extremo, más sordo que la usura,
quién duerme y sueña historias extensas como el miedo
en las que canto y miro hacia mi sombra y otra.
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Tierra en el pecho abierto, -país de toda duda-
si temblamos
y nada puede hacernos lanzar el dardo cierto,
la herida está en nosotros, es nuestra sangre y fluye.
A qué mirar entonces,
la duda es siempre el blanco,
flecha o daga confluyen hacia su eterno, turbio
centro de aguas que mueren.
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miércoles, 10 de septiembre de 2008

VIERNES SOCIAL

La visita de Isis Wirth, invitada por el Festival de Ballet de Miami, nos permitió y sirvió de pretexto para reunirnos. Un grupo de amigos estuvimos hasta tarde en la noche y disfrutamos de la buena conversación, la inteligencia y la simpatía de nuestros invitados: Isis Wirth, Elena Tamargo, Ceciah Hernández, Santiago Martin, Abel Reguera, Lixion Avila, Arturo Cuenca, Joaquin Estrada-Montalván y Ernesto Gonzales, su esposa e hija. Fue una noche digna de recordar.


Con Isis Wirth y Elena Tamargo.

Con (de izquierda a derecha) Isis Wirth, Arturo Cuenca y Elena Tamargo.

(de izquierda a derecha) Lixion Avila, Isis Wirth y Ernesto González.

Con (de izquierda a derecha) Arturo Cuenca, Isis Wirth y Ernesto González.

(de izquierda a derecha) Joaquín Estrada-Montalván, Isis Wirth y Ernesto González.

(de izquierda a derecha) Elena Tamargo, Joaquín Estrada-Montalván e Isis Wirth.

Isis Wirth y Joaquín Estrada-Montalván.(cuando tomaba esta foto, por alguna razón me recordé de mi amigo Cuco)

(de izquierda a derecha) Isis Wirth, Arturo Cuenca, y Elena Tamargo.

Arturo Cuenca y Ceciah Hernández.

(de izquierda a derecha) Ceciah Hernández, Abel Reguera, y Elizabeth Quintana.

Con (de izquierda a derecha) Ernesto González, Santiago Martin, Isis Wirth, Joaquín Estrada-Montalván y Arturo Cuenca.

Isis Wirth. (la despedida)

CASA QUE FUERA


Junto a la glorieta, olvido de los dioses,
vibrando en su pagana soledad la ciudad duerme,
se tiende junto al humo impasible
que sólo la música del órgano desnuda.
En el rencor del tiempo ya olvidado
los poetas
escuchan aún el sonido de las maquinas
rompiendo la magia del agua en los ramajes.
No puedo recordar cómo es que aún se alza,
casa fría en el polvo de la memoria;
no puedo recordar
si sostenida por armarios de polvo somnoliento
se alza en la turbia soledad
de la ciudad su rostro provinciano.
Sólo una sombra es, magra la historia,
mostrando sus emblemas etéreos,
sus anunciadas ruinas.

DESPUÉS

“La Desolación”, una nube, negra en que confluyen vientos de una furia que enuncia todas la formas de la maldad. “La Desolación", violácea en una ancha franja, espiral innombrable, en que se confunden plagas ha tiempo olvidadas, insectos de otra edad y otro signo. “La Desolación”, roja, cortante, en las zonas mas alejadas, esas que han podido ver los que han sobrevivido para contarlo. Recorre el reino desde el oriente, destruye todo a su paso.
“La Desolación”, dicen, sólo puede apreciarse a distancia. Sus ráfagas de un calor infernal, como llamas que sólo incineran la razón y la fe, avanzan lentamente y todos los seres vivos, almas de dios y bestias, quedan paralizados de terror. Apenas pueden abrir los ojos, nubes de insectos y vahos de toda naturaleza cubren a toda criatura viva, les envuelven en sus vapores y depositan en sus carnes, miasmas y fluidos. Es la noche más larga, en el más breve instante. Luego se ilumina el cielo y los hombres, modelos en hielo, fardos insensibles de recuerdos húmedos, presencian, como en la opera, la representación de todas sus fobias, sus atavismos ancestrales, sus miserias.
Un hombre muerto, o un perro, todos saben que hacer con un hombre muerto. Los vientos de la nada, empujan el dolor hacia la nada. Los vientos que soplan de una esquina del miedo hasta el sitio más vacio del alma no pueden dañar algo que ha sido vaciado ya de todo. “La Desolación”, quedan esas casuchas de maderas antiguas, olorosas aún a resina y a bosque. En ellas se han horneado panes de especias y se han ilustrado libros. “Si ha de llevárselas el viento, no queremos verlo". No queremos vivir para verlo, pensarán todos, pero estarán allí, petrificados testigos, y cuando nada quede sobre la tierra, más que ausencias, más que sitios donde un día estuvo algo, se completará el círculo de la negación.
En algún sitio, un músico esta dibujando con sonidos, que supone lóbregos, la esencia de la desesperanza. El poeta escribirá sobre una piel de becerro un elogio en hexámetros del dolor y la pérdida. El artista, harto de muros y retablos, pintará en un pequeño panel de madera el martirio del cordero, y la sangre será tan real que dolerá mirarla. Trabajan sosegados. Hay frutas frescas, trigo y carne seca. Vino en la noche, en los salones iluminados de palacio, y conversación, y feriantes traídos de las plazas antes de cerrar las puertas. “Son altos los muros y acá se está conservando la posibilidad de la existencia.”

martes, 9 de septiembre de 2008

A QUIÉN CULPAR









Hay un sitio en las aguas en que el hombre
pone a pruebas sus fuerzas,
un sitio oscuro y húmedo en que la soledad nombra la duda.

Hay un sitio, un oscuro y húmedo sitio,
en que se superponen los arcos de la muerte;
el agua traza, alejada de todo esfuerzo humano,
líneas que han de cruzarse en un espacio incierto.

Hay un sitio, un tiempo real e inabarcable
en que comienza a olvidarse todo tiempo pasado,
toda verdad lamiendo los muros del recuerdo.

Palabras para una historia enferma y eternamente dividida,
sin árboles, sin espejos, sin brumas insondables.

A quien culpar cuando la noche canta.
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viernes, 5 de septiembre de 2008

ALCANZADO POR “FUEGO AMIGO”

Fugar “sin alas”, esa puede ser una opción, ante el espejo. Suerte de Narciso, repetido cada noche por el azogue de un espejo distinto. Fugar, Narciso siempre el mismo, ante la inminencia de una almohada que habrá de devorarle. Y es que en el vidrio se aposenta una tinta viscosa, esa que sólo devuelve una imagen que es la imagen negada, la del otro, que puede ser hoy y mañana no serlo. El otro, que puede ser Otelo y Yago a un tiempo, y que siempre muestra las manchas oscuras de una tinta indeleble que no cesa, que no renuncia.
El papel, o sus sucedáneos, son un pretexto. Al final siempre se está escribiendo sobre el vidrio: algunos aprietan la letra, una escritura que roba todo lugar al vacío, al vidrio, como si cubriendo de tinta todo el espacio posible, no pudieran ver su rostro reflejado; otros cubren todo de tinta para esgrafiar finos trazos, escritura leve, levedad sustentada por el miedo de ver al otro lado el rostro que ya no pueden tolerar, la amabilidad de una sonrisa, que esbozan a diario y que ya no quieren constatar.
Fugar, dar la espalda, no verse. Quien puede decir que no es poético elevarse sobre las aguas de un espejo que sólo acuna monstruos, aunque sean los propios. Pero el vuelo, en su connotación simbólica más abstracta, implica deshacerse de la sombra. Fundar en el espacio una nueva entidad que no proyecta sombra sobre nada, cortar todo nexo con el yo impuro que tiene los pies en la tierra. Con ese que recibe el sol en el pecho (o en la espalda) y hace sombra, aunque esta sea mínima.
Nadie ha vuelto para contarlo y no podemos convocar a nadie, pues cuando se ha renunciado hasta a la sombra, entre la innumeras pérdidas está el nombre. ¿Cómo llamarle entonces? ¿Cómo convocarle para que se acerque y nos cuente? Vano. No sabemos incluso si alguien lo ha logrado. En tanto, cada noche, el espejo cobra su diezmo. Durante el día, vuelve al inicio y dibuja sobre la superficie del agua una parábola, Onán progenitor de gestos baldíos, en que el placer está sólo en negar.

NOTA: En la jerga militar se denomina “fuego amigo” a los disparos provenientes del propio bando. Este tipo de incidentes suelen estar producido por errores, casi siempre humanos, debido normalmente a fallos en la identificación del objetivo.