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.............................................IUn enlatado musical, un producto que se promueve como un detergente, una marca que compra tiempo en emisoras de radio y premios en los eventos de música latina, que crece exponencialmente reproduciendo su sonsonete de carrusel en discos con carátulas como etiquetas de champú, que se vende como una tostadora, tiene “éxito” también recondenando, haciendo retorcerse de rabia a miles de cubanos condenados a errar por el mundo durante cincuenta años de dictadura. Tiene “éxito” también generando una polémica que capitalizará en ventas (a esos mismos cubanos) y haciendo salir de sus cavernas a los “cave men” de vigilia mambisa, para que les de el golpe de gracia, haciéndolos blanco de las burlas del mundo civilizado. Que me importa donde brinca este grillo desafinado, con tantas cosas importantes de las cuales hablar, por las cuales discrepar o salir a manifestar nuestro desagrado. Creo que ya he perdido demasiado tiempo escribiendo sobre este sujeto..
.............................................IIPánfilo coge una borrachera y deja aflorar, entre los nubarrones etílicos que le obcecan, el instinto primario que viene de su estómago, no de su cerebro. No es un acto volitivo, no es la expresión de una profunda convicción o un compromiso ético o doctrinal. El escándalo gozoso nuestro hace que lo cojan, le den un paseo por “los recintos donde florece la razón” y la próxima vez que de casualidad le acercan una cámara de desdice en siete idiomas. Lo otro es ya un muestrario de miserias. No seguiré. Sólo agregaré que en Cuba hay más de dos centenares de seres humanos, algunos tan pobres como Pánfilo, algunos tan escuálidos como Pánfilo, algunos tan negros como Pánfilo, algunos tan infelices como Pánfilo, algunos tan tristes como Pánfilo, algunos tan desesperados como Pánfilo, y todos tan cubanos como Pánfilo, que han sido condenados a tantos años de cárcel que no sabemos si puedan sobrevivir. Algunos de ellos han decidido, no en una borrachera aunque parezca un acto suicida, agotar hasta el último día de su condena y no aceptar una conmutación de la pena porque la condición que le imponen es salir de su patria. Otros se cosen la boca con un alambre en señal de protesta o se pudren en una celda de castigo por no doblegarse, por no abdicar de sus ideas, a pesar de los innúmeros paseos por los mismos “salones” que hicieron recapacitar a Pánfilo, despejados ya los vapores del alcohol..
............................................IIILa imagen del exilio cubano es el único logro real del castrismo, por encima del sistema de educación y el sistema de salud. Estos últimos se deterioran aceleradamente y muestran fisuras inocultables. En cambio, la imagen del exilio, esa que venden las cadenas, que refuerzan los pensadores e intelectuales de la izquierda y repiten como papagayos los demócratas, negociadores superficiales y complacientes, a cambio de un equilibrio social que aceptan con sustitutivo de la paz, es cada vez más sólida. Es un Frankestein al que contribuyen los extremistas de derecha con sus alardes conservadores y su memorabilias bastitianas, los exiliados históricos mostrando orgullosos sus heridas de Bahía de Cochinos, sus documentos desclasificados de Watergate y sus libros de “Memorias de Peter Pan”.
Contribuyen también los inquietantes “marielitos", subvirtiendo el encartonado Miami con su Sida poético y sus poetas suicidas, los catedráticos de Harvard o Princeton con sus sueños de diálogo y su canon de guarapo de caña. Los balseros aportan sus muertos lamentables y sus vivos lamentos por las restricciones de viajes. Los “llegados por el bombo” su ansiedad por volver o por traer a “Yusleidy”. Los “caídos del cielo", apenas han echado sus documentos por un sanitario del aeropuerto e inciden ya en la imagen del exilio con su hipercriticismo y sus edulcoradas experiencias previas en Europa y Sudamérica. No olvidemos tampoco a los poetas y funcionarios oficiales del régimen que hoy recorren el mundo “ayudando” a destruirlo y nos señalan el camino en los programas estelares de la tele.
Los blog, cómo olvidarlos, con sus “cartas de apoyo”, sus campañas contra esto o aquello y sus pedidos de libertad, de acceso al internet, de ayuda humanitaria, de “memoria de elefante” o “borrón y cuenta nueva”, de “jama” o “cacerolazos” y con sus cursos acelerados de “Capitán Araña". Contribuyen “las vacas sagradas” con sus veleidades e histrionismos y “los talentos emergentes” con su inmensa levedad, los “farsantes impúdicos", los comerciantes exitosos, los políticos, los comediantes, los profesores de marxismo y los espías atrapados y presos, los lancheros de “15k por cabeza a pagar acá", los desempleados, los "mulas" y los Estefan. Pero nadie recuerda esta lista infinita de gente que pareciera no aportar nada a la imagen del exilio. Como Fidel Castro hiciera con la imagen de la isla, un sólo hombre ha monopolizados y personifica hoy la imagen del exilio cubano. Saavedra.
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Contribuyen también los inquietantes “marielitos", subvirtiendo el encartonado Miami con su Sida poético y sus poetas suicidas, los catedráticos de Harvard o Princeton con sus sueños de diálogo y su canon de guarapo de caña. Los balseros aportan sus muertos lamentables y sus vivos lamentos por las restricciones de viajes. Los “llegados por el bombo” su ansiedad por volver o por traer a “Yusleidy”. Los “caídos del cielo", apenas han echado sus documentos por un sanitario del aeropuerto e inciden ya en la imagen del exilio con su hipercriticismo y sus edulcoradas experiencias previas en Europa y Sudamérica. No olvidemos tampoco a los poetas y funcionarios oficiales del régimen que hoy recorren el mundo “ayudando” a destruirlo y nos señalan el camino en los programas estelares de la tele.
Los blog, cómo olvidarlos, con sus “cartas de apoyo”, sus campañas contra esto o aquello y sus pedidos de libertad, de acceso al internet, de ayuda humanitaria, de “memoria de elefante” o “borrón y cuenta nueva”, de “jama” o “cacerolazos” y con sus cursos acelerados de “Capitán Araña". Contribuyen “las vacas sagradas” con sus veleidades e histrionismos y “los talentos emergentes” con su inmensa levedad, los “farsantes impúdicos", los comerciantes exitosos, los políticos, los comediantes, los profesores de marxismo y los espías atrapados y presos, los lancheros de “15k por cabeza a pagar acá", los desempleados, los "mulas" y los Estefan. Pero nadie recuerda esta lista infinita de gente que pareciera no aportar nada a la imagen del exilio. Como Fidel Castro hiciera con la imagen de la isla, un sólo hombre ha monopolizados y personifica hoy la imagen del exilio cubano. Saavedra.
6 comentarios:
Muy bien pero no hace falta insultar a Juanes disiendole grillo. Si desafina eso es lo de menos en todo este lio.
Muy bueno Heriberto.
Yo me desencante.
abrazos
¿En un músico “lo de menos” es que desafine? ¡Vaya!
¿”No hace falta insultar”? ¿Y qué es decirle a las cuatro neuronas que me quedan que ese concierto no es político?
Ojalá hubiera más reflexiones de este tipo para el debate. El segundo fragmento tiene mucha fuerza. De todos ellos se desprende el poder mediático de hacer y deshacer noticias y cubrir de sombras lo que por razones variadas no se seleccione.
Dos puntualizaciones: la calidad musical de Juanes no es lo que se debate, algo parecido ocurrió con Oscar d'Leon en el 73. Pareciera como si el ataque personal fuera una estrategia tuya para congraciarte con quienes atacan el evento. En segundo lugar, fuera de Miami Saavedra no es conocido y por tanto no capitaliza la imagen de ese exilio (mucha mas fuerza mediatica ha tenido Posada Carriles, por ej.)
Sigue escribiendo,
Luis M.
Exactisimo. Yo tambien escribi sobre el concierto de Juanes, se llama:
Juanes y su Cantaleta,
lo pueden leer aqui:
www.midiala-rosales.blogspot.com
Saludos.
Gracias Marga, me alegra que vengas siempre.
Anónimo de las 7:44 (perdón: Luis M.), mi reflexión sobre Juanes sólo lamenta que algo de tan poca monta alcance para tanto chocolate. Que sirvamos para que tipos así ganen discos de oro, y que además hasta se los paguemos. Si viniera a menudo por acá sabría que no suelo ser de los que busca congraciarse con nadie y que soy casi siempre “rosca izquierda”, lo cual no gusta a veces ni a mis amigos. En cuanto a lo de Saavedra puede que tenga usted razón, pero como la prensa ve sólo lo que quiere ver, el exilio cubano es cada vez más “Vigilia Mambisa” (o Posada Carriles, que para mí es lo mismo con la agravante de unos cuantos presuntos muertos de diferencia a favor de Posada) y cada vez menos todo lo demás.
Gracias Midiala, lo leeré esta noche.
Saludos a todos.
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