¿Sacrificar los principios democráticos frente a los imperativos de las contingencias sociales?: Esta pregunta ha martillado de un modo insistente en mis pensamientos durante todo este culebrón sociopolítico en que se ha convertido el asunto hondureño en los últimos meses. He conversado con algunos amigos, he leídos las opiniones de otros y hasta he puesto algún comentario en un blog. Nada me ha hecho cambiar de mi idea original y los hechos recientes me reafirman en ella. Los gurues de la política exterior norteamericana han aconsejado al presidente privilegiar los principios democráticos sobre las contingencias de nuestras políticas plataneras, y creo que por primera vez en años aciertan.
Es usual que nuestros funcionarios elegidos (desde la “prórroga de poderes" de Machado en Cuba hasta la más reciente “ley de interpretación autentica” de Fujimori en el Perú) acuñen artilugios legales para intentar perpetuarse en el poder. No es un invento de Chávez ni una doctrina patrimonio del ALBA (la herejía albigense latinoamericana) que no hayan tenido que enfrentar ya los pueblos del continente. El asunto, más que pragmático, es doctrinal. No se puede enfrentar y pretender desenraizar el muérdago del totalitarismo, no se pueden exorcizar las tentaciones del poder absoluto e indefinido como prácticas antidemocráticas, apelando a métodos antidemocráticos.
La lección del "cholo" Toledo, que teniendo un apoyo popular con el cual hubiese podido propiciar o convocar a acciones de fuerza le que hubiesen llevado al poder, se sometió a los parámetros del contrato social establecido por la constitución, reconoció la necesidad de un período de transición y llegó al poder en el Perú, por la única vía que lo legitimaba como depositario de la voluntad popular, muestra un camino que hizo salir a este país de una situación extrema. El caso Hondureño no es diferente. La constitución prevé los mecanismos para proteger a la sociedad de las ambiciones de los funcionarios elegidos por el pueblo y la incapacidad de la sociedad y de las instituciones para ejecutarlos no muestra otra cosa que su inmadurez política.
La tentación de tomar “caminos cortos”, de acudir a “soluciones quirúrgicas” (en el decir de mi amigo Manuel Sosa) para preservar la democracia es tan nociva como la tentación de romperla. Lamento tener que decir, por más que me sea antipático y no crea en su palabrería vacía, que Zelaya sigue siendo el presidente legítimo de Honduras, hasta tanto no se le destituya por medios legales y por las autoridades competentes. Micheletti corre con buen aire si nos limitamos a llamarle diplomáticamente “presidente interino", renunciando generosamente a enrostrarle su origen golpista y su rampante ilegitimidad. Zelaya, con su malogrado referendo, intentó hacer retroceder veinte años a Honduras en el calendario democrático, las instituciones del poder legislativo y judicial hondureño, al acudir a las instancias castrenses lo han logrado.
Es usual que nuestros funcionarios elegidos (desde la “prórroga de poderes" de Machado en Cuba hasta la más reciente “ley de interpretación autentica” de Fujimori en el Perú) acuñen artilugios legales para intentar perpetuarse en el poder. No es un invento de Chávez ni una doctrina patrimonio del ALBA (la herejía albigense latinoamericana) que no hayan tenido que enfrentar ya los pueblos del continente. El asunto, más que pragmático, es doctrinal. No se puede enfrentar y pretender desenraizar el muérdago del totalitarismo, no se pueden exorcizar las tentaciones del poder absoluto e indefinido como prácticas antidemocráticas, apelando a métodos antidemocráticos.
La lección del "cholo" Toledo, que teniendo un apoyo popular con el cual hubiese podido propiciar o convocar a acciones de fuerza le que hubiesen llevado al poder, se sometió a los parámetros del contrato social establecido por la constitución, reconoció la necesidad de un período de transición y llegó al poder en el Perú, por la única vía que lo legitimaba como depositario de la voluntad popular, muestra un camino que hizo salir a este país de una situación extrema. El caso Hondureño no es diferente. La constitución prevé los mecanismos para proteger a la sociedad de las ambiciones de los funcionarios elegidos por el pueblo y la incapacidad de la sociedad y de las instituciones para ejecutarlos no muestra otra cosa que su inmadurez política.
La tentación de tomar “caminos cortos”, de acudir a “soluciones quirúrgicas” (en el decir de mi amigo Manuel Sosa) para preservar la democracia es tan nociva como la tentación de romperla. Lamento tener que decir, por más que me sea antipático y no crea en su palabrería vacía, que Zelaya sigue siendo el presidente legítimo de Honduras, hasta tanto no se le destituya por medios legales y por las autoridades competentes. Micheletti corre con buen aire si nos limitamos a llamarle diplomáticamente “presidente interino", renunciando generosamente a enrostrarle su origen golpista y su rampante ilegitimidad. Zelaya, con su malogrado referendo, intentó hacer retroceder veinte años a Honduras en el calendario democrático, las instituciones del poder legislativo y judicial hondureño, al acudir a las instancias castrenses lo han logrado.
13 comentarios:
Esto es lo más lúcido y ecuánime que he leido en ninguno de los blogs cubanos sobre la crisis hondureña. Menos mal que queda alguien con vision y equilibrio. Gracias.
Saludos,
Alex
Entiendo lo que dices y tu preocupacion, pero no creo que haya habido un retroceso. Este no fue un golpe de estado de los que ocurrian hace veinte años. Los militares simplemente hicieron cumplir la ley. No se colocaron en el poder. Micheletti no tiene la mas minima intencion de convertirse en presidente. Ya hay dos candidatos de los dos partidos principales que estan listos para las elecciones presidenciales de noviembre, que pudieran terminar adelantandose.
Zelaya obviamente violo la constitucion. No acato las ordenes de la Corte Suprema. No se si recuerdas que cuando el gobernador de Alabama intento desacatar las ordenes de la corte suprema sobre la desegregacion en las escuelas en los años 60, el gobierno federal tuvo que intervenir con soldados para hacer que se cumpliera la ley. Y eso es perfectamente democratico. El ejercito es parte de la democracia y tienen una funcion que cumplir.
Creo que hay que seguir machacando en este tema por lo que podemos aprender sobre la democracia en una Cuba futura.
Mis respetos.
Ernesto G: Si quieres aprender de la democracia empieza por no censurar comentarios adversos en tu blog.
(Y lo de Alabama no tiene NADA que ver)
Resulta inconcebible lo de Ernesto G. ¿Sacar a un presidente de su casa y de su país a punta de pistola, por el Ejército, no es un golpe de Estado, aunque no sea como los de "hace veinte año?
Esta situación sólo ha dado fuerza a la izquierda más radical y segundona.
Lamentable el comentario de Ernesto.
William
“Este no fue un golpe de estado de los que ocurrían hace veinte años”, desde luego, pero las violaciones de los derechos humanos de hoy no son las mismas de hace veinte años y por eso no dejan de serlo. Con ese razonamiento, el hecho de violar la ley no nos haría merecedores del respeto de nuestros semejantes ni nos garantizaría nuestros derechos como seres humanos.
Nunca en un país se dieron las condiciones reales para destituir un presidente como en este caso de Honduras. Bastaba que el congreso le hiciera un juicio político y le declarara no apto para ejercer un cargo público, como esta previsto en los artículos 239 y 374 de la Constitución Hondureña y la corte suprema del poder judicial hubiese dispuesto de un argumento legal para investir como presidente interino al presidente del congreso, el cual estaría en ese momento facultado para emitir una orden ejecutiva destituyendo al presidente constitucional.
Es el único modo en que los poderes legislativo y judicial pueden legalmente propiciar la destitución del presidente, sin exceder sus funciones. En el caso de Honduras, claramente violaron las leyes usurpando las funciones del ejecutivo y tomando el “camino corto” de ir a tocar las puertas de los cuarteles. Zelaya necesitaba para llevar a efecto su “referendo” violatorio del orden constitucional, al menos dos o tres meses. Al congreso le hubiesen bastado cuatro horas para destituirlo legalmente y salvaguardar el orden democrático, pues tenía el apoyo de todos los grupos políticos, del poder judicial y de las fuerzas armadas. Nada justificaba un golpe de estado que lo único que ha logrado es sumir a Honduras en un caos y polarizar a las sociedad.
La falacia del “golpe de estado de nuevo tipo” me recuerda la “dictablanda” de Pinochet. Por otra parte, decir que no es un golpe de estado porque “cuenta con el apoyo mayoritario del pueblo“, me recuerda las grandes equivocaciones de muchos pueblos y la del nuestro. Los ideólogos de los nuevos métodos de lucha contra el populismo, acuñan términos como “democracias autoritarias de izquierda” para sustentar la necesidad de “soluciones autoritarias de derecha” que lo único que lograrán es debilitar más las instituciones, envilecer los mecanismos de acción política y desacreditar el papel de la participación ciudadana como acto de legitimación de los representantes elegidos.
Una mala solución propicia siempre una larga vida al conflicto. Saludos.
Anonimo 23:35, lo de mi blog (que no es cierto, pero obviamente desde el anonimato se te hace mas facil falsear la realidad) no tiene nada que ver con el post.
William, mis opiniones son mis opiniones aunque sean lamentables (a tu parecer).
Heriberto, fijate que yo no hablo del apoyo de la mayoria como justificacion de la sustitucion de Zelaya (nunca he creido en esas falsas unanimidades). Tu dices que Honduras hizo un retroceso de 20 años y yo digo que los metodos y el resultado final no fueron los mismos que hace 20 años. No estoy tratando de justificar golpes militares ni mucho menos. Esto fue, para llamarlo de una manera que lo describa mejor, un golpe constitucional.
Eso que dices de una sociedad hondureña polarizada despues del golpe no es exactamente asi. El partido de Zelaya sigue ahi. Los votantes todavia tienen la opcion de votar por ese partido si asi los desean. No se ha dejado a una parte del pueblo sin el partido que represente su manera de pensar. Han destituido al presidente. Si el presidente era un one-man show y no representaba las ideas de su partido, entonces esa parte de la sociedad hondurena que se siente desplazada de la arena politica va a tener que fundar otro partido que represente sus ideas.
Estoy completamente de acuerdo contigo en que fue una manera torpe de evitar que el presidente siguiera violando la constitucion. Por eso en un post que escribi sobre el tema sugeri que la solucion seria el regreso de Zelaya al poder bajo la condicion de que no intentara continuar la reforma constitucional que provoco la crisis. Esa sigue siendo para mi la solucion mas justa, mas democratica. Desafortunadamente, America Latina sigue siendo un terreno baldio en lo que soluciones democraticas se refiere. Y ahi si estamos de acuerdo.
Sí es cierto Ernesto G. No solo me has censurado a mi en por lo menos tres ocasiones, sino a varias otras personas. Encima de censurador, mentiroso.
Ernesto G. esto te pasa por tenerte en esta ratonera.
Ernesto G, cuando George Wallace, gobernador de Alabama, se opuso a principios de los sesentas a acatar la nueva interpretacion de la constitucion con respecto a la igualdad racial ante la ley, nadie mandó al ejercito a deponerlo y exiliarlo. Simplemente el gobierno se movilizó a la National Guard (que no es técnicamente lo mismo que el Ejercito ya que sus miembros son locales) para que protegiera a estudiantes negros en la universidad del estado, ya que el gobernador y las fuerzas locales no lo hacian y habia una opinion publica contraria a la integracion racial.
No hay ni punto de comparacion.
Tu opinion es tuya desde luego: por lo mal fundamentada.
Alex
Alex, a lo mejor no entendiste por que traje a colacion lo de Alabama. No son situaciones totalmente identicas. No digo eso. Simplemente estableci el paralelo por aquello de hacer cumplir la ley a traves de metodos que pudieran parecer antidemocraticos. Y repito que para mi la mejor solucion es el regreso de Zelaya al poder bajo las condiciones que menciono arriba o que se adelanten las elecciones presidenciales (y que cuando estas se celebren, que haya observadores internacionales que velen por la transparencia del proceso).
Saludos.
Motivo para sacarlo a colacion no parece haber ninguno. No es que no sean "totalmente idénticas", es que no hay ni un solo punto de comparacion. Mandar a fuerzas del orden para proteger a unos muchachos negros de los atropellos de las masas racistas no tiene nada que ver con Zelaya. Como se puede mandar a la policia a proteger a las clientes de una clinica de abortos.
QUe vaya el ejercito a secuestrar un presidente y depositarlo en otro pais no es hacer cumplir la ley, sino un golpe de estado que viola el derecho del pais y el internacional.
Ernesto, el William en blanco y negro no soy yo. El mio es siempre en azul y con apellido. Aprovecho para saludarte, asi como desearles un feliz verano.
Saludos, William.
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