miércoles, 25 de febrero de 2009

INVITACIÓN

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He recibido esta invitación del artista (pocas veces me siento tentado de decir esto de un fotógrafo) Delio Regueral, y me complace invitarlos para que nos veamos allí.

Día:....Sabado, 28 de febrero.
Hora:..7:00 p.m.
Lugar:Lignum Custom Millkwork.
...........7006 SW 4th. Street.
...........Miami, Florida 33144

viernes, 20 de febrero de 2009

UN PREMIO EN ACUARELA


Miami-Dade County Public Schools.

Judge's Choice Awards to Erick A. Hernández.

miércoles, 18 de febrero de 2009

FIN DE AÑO

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……………..…..XXX
Era esa la conversación que se escuchaba,
........las palabras que caían
……..confundiéndose con el sonido de los cubiertos.
De espaldas, intentábamos no escucharles,
...…..intentábamos estar en otro sitio.

El olor a pimientos, la hilarante
……..gestualidad con que festejan los reencuentros,
……..todo el artificio de las fiestas de fin de año
……..puestos en un sólo recuerdo, como vasijas en un estante
……..o copas, simples adornos, en la vitrina de la infancia.

Ven, me decías,
……..y bailemos, con unos enormes deseos de ser otros.
Ven, olvidemos quienes somos
……..esta noche en que el año termina,
……..en que terminamos algo.
Ven, bailemos como quien se despide.

Pero yo he decidido no moverme de este sitio,
……..perdido en una esquina de la mesa
……..naufragar en los bordados inútiles del mantel
He decidido comer de esta comida insípida
……..por años, o toda esta noche
……..hasta que amanezca,
……..o hasta morir, si se pudiese.

lunes, 16 de febrero de 2009

LAS PALABRAS DEL CUERPO

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Palabras leídas por el poeta Norge Espinosa en la presentación del libro de poemas "Los olores del cuerpo” de Bladimir Zamora Céspedes.
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Por Norge Espinosa.

He leído estos poemas con anterioridad. O los he escuchado, en voz de su autor, durante un tiempo que me permito poblar de mis memorias. Volver a encontrarlos unidos en un volumen, donde la voz de Bladimir Zamora parece haberlos impreso con una tinta que es la de esa memoria y esas noches, me ha recordado que la poesía es, sobre todo, una manera de salvarnos de la pérdida. Si no me uniera al autor de estos poemas un cariño, o para decirlo con una palabra tal vez más cierta, una querencia tan larga, puede que me hubiese negado a hacer esta presentación. Porque en no pocos versos he reencontrado paisajes en los que yo era otro, más joven o ingenuo, y me abrazaban, y se abrazaban, otros que no nos acompañan ya, o que tal vez no deseen volver a retratarse en idénticos abrazos. Salvarnos de la pérdida, eso digo. Lo quieran o no, en Los olores del cuerpo esos abrazos son todavía cálidos.
Bladimir lo ha dicho en no pocas ocasiones. Como su admirado Gastón Baquero, al que tanto hizo por acercarnos hasta el día de hoy en el que mencionar su nombre ya no es deshonra sino fiesta verbal de todos; descree de los libros como quien descree de las tumbas. Para suerte suya, Los olores del cuerpo rezuma, junto al estado de ánimo de quien escoge y repasa, un anhelo que no es de la despedida, sino más bien el concierto de lo vivido en pos de nuevas resonancias. Fiel a sí mismo, Bladimir ha puesto en un haz los poemas con los cuales llenó aquel primer cuaderno, Sin puntos cardinales, y ha dilatado ese mapa sensible que es su propia biografía de poeta humilde y alejado de la vanidad de tantos con otros textos que lo acompañan y nos acompañan. Una buena antología de la poesía cubana de los años 80 no perdería un ápice de dignidad si incluyese “Bailas para mí en 1916", esa evocación de una Isadora Duncan que renace como alma y baile de manera insólita en uno de sus mejores poemas. Y que, hasta donde sé, no ha podido ser superada por otra página que intente seguir la huella de la excepcional bailarina entre nosotros desde la poesía que fue ella misma. “El cetro de la imaginación” es otro poema, a mi juicio, veraz y válido: el propio Gastón Baquero es el retrato de una Isla que comienza donde la poesía tiene su latitud visible. Son, digamos, ejemplos de una poesía que puede emular con lo que, como concepto, manejan muchos. Pero quizás me atreva más, y pueda sugerirle al lector que no conozca a Bladimir poemas más sencillos, en los que se transparenta un ser humano que lidia sin cesar contra otras figuraciones.
Habrá que decirlo de una vez: siendo él mismo un hombre esencial en el desplazamiento que muchos jóvenes poetas ganaron hacia la publicidad mediante las páginas de El Caimán Barbudo, en las cuales les hizo sitio desde aquella columna que se llama “Por Primera Vez"; Bladimir Zamora ha ido entretejiendo su propia palabra de poeta en la hora, al parecer, menos iluminada. Escribe para sí mismo con las palabras de la infancia, oídas y aprendidas en Cauto del Paso, y tocadas por un encantamiento que las desdobla hacia otra posibilidad de sonido y sentido. La transparencia parece ser su clave; y en su poesía, despojada de efectos y recursos que otros calcan sobre sí mismos, hay un retrato íntimo de la persona que procura un rostro menos solitario, y pide y clama en estos poemas por la posibilidad de una compañía que lo salve. La suya es una poesía que pide confraternidad. No es ese un gesto nada frecuente en lo que se escribe y lee hoy en la Isla.
Conocido por tantos, trovadores, poetas, pintores, artistas de Cuba y fuera de Cuba, podría crearse de él la imagen de un ser a quien no le faltan abrazos. Los olores del cuerpo muestra la otra figura de la misma persona, y al revelarlo en su fragilidad, ayuda a entender mucho mejor a ese Bladimir Zamora público, capaz de arroparse en el ron más sencillo, y cambiarlo por el hallazgo de un nuevo cantautor, o de volver a Martí o Fina García-Marruz, dos de sus pasiones, con la vulnerabilidad de quien vive y comparte todo lo que vive. Cuántas veces hemos subido la escalera estrechísima del Hotel Monserrate para oír, en la disposición mínima de La Gaveta, varios secretos cantados de Cuba. Cuántas veces no he pensado en él si me despierto necesitando a María Teresa Vera o Los Matamoros. Los olores del cuerpo contiene la música íntima de Bladimir Zamora: de alguna manera son más que poemas, estos, sones, baladas, su melodía más cierta. Algunos de estos versos, quizás por ello, nos invitan a cantarlos.
Algunas personas, sin que la exageración nos empuje a afirmar tal cosa, pueden calificarse de irrepetibles. Son, ellas, las que ganan un sitio que no podemos compartir sino desde el gesto con el cual nos sabríamos privados del algo que creemos estrictamente irremplazables; algo sin lo cual algunas cosas no serían iguales ni nos harían precisamente iguales. Los olores del cuerpo, para quienes lo conozcan de veras, es un libro que se parece a su autor, que lo revela sin circunloquios ni pirotecnia de la poesía al uso. De ahí proviene su extrañeza y su singularidad. Los amigos que el autor puede nombrar, varios de los cuales están en la página de créditos del volumen, podrían confirmarlo. Yo lo digo porque también puedo imaginarme en el espejo que esos versos me dejan habitar: puedo reconocerme en ellos con la seguridad palpitante de quien desempolva una foto de familia para encontrar su propio rostro entre los rostros: el paisaje que puede ser la poesía en un fondo que se va volviendo sepia. Lo que este libro nos devuelve es el tiempo en que muchas cosas parecían ser posibles, reviviéndolas con palabras que son el aliento, el olor, el eco mismo de Bladimir Zamora. El Bladimir Zamora que podría abrir, hasta las madrugadas infinitas que acaso ya no vuelvan, una casona en la calle Paseo para que coincidieran Delfín Prats y Carlos Varela, Martha Valdés y un poeta recién descubierto, Zaida del Río y Javier Guerra. A eso podríamos llamarle vivir. De ese olor, también, pueden llenársele al lector las manos.

domingo, 15 de febrero de 2009

EL MENOS COMÚN

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No se trata de “alta economía”, se trata de sentido común. Si los problemas de un país son la suma de los problemas particulares de cada uno de sus habitantes, yo me pregunto si a cada uno de los habitantes de este país no les bastaría con mucho menos de lo que les corresponde per cápita, de el paquete que nos están vendiendo como una solución salomónica, para resolver todos sus problemas definitivamente.
Si “el problema” es una consecuencia de la crisis hipotecaria, y las hipotecas son la carga fundamental del endeudamiento de los contribuyentes, ¿por qué no comprar la deuda a los contribuyentes directamente?

¿Será que nos están vendiendo un problema más grande del que realmente existe, para poder diseñar una solución lo suficientemente grande pueda amparar otros intereses?
¿Por qué crear soluciones complicadas para problemas simples?

viernes, 13 de febrero de 2009

INVITACIÓN

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El próximo día sábado 14 de febrero, a las cuatro de la tarde, se presentará el libro de poemas "Los olores del cuerpo”, de mi amigo, el poeta Bladimir Zamora Céspedes, en el stand de la Casa Editora Abril, en la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Le felicitamos y lamentamos no poder hacerlo personalmente. Presentará dicho poemario el dramaturgo y poeta Norge Espinosa. En tanto, y a modo de sucedáneo imperfecto, me contento invitándoles a leer algunos textos de este libro.
ANIMALES SIN DUEÑO
tú me has desatado la
mayor
velocidad
para jugar a buscarnos
en el ejercicio de la
piel.
nadie podrá responder
por nosotros
si entramos
a ese túnel
donde el abrigo
de la oscuridad
nos convierte en animales
sin
dueño.
solo tú y yo
podremos alcanzar el otro
extremo
y salir
desnudos a la luz
tirar acaso
la piedra fundacional del
riesgo


CON POCAS FIBRAS
me salva el ejercicio del
amor.
amanecer con un cuerpo
cubriéndome
haciendo yo
malabares entre
su piel
mientras el tiempo
da otra vuelta de tuerca.
solo me salva el
amar
reempezar
mi única vida
colgando de alguien
en donde puedo
armar
con pocas fibras
el artificio
que me colma los oídos
y las
otras partes cantables de
mi cuerpo.
sólo me salvan
los caminos
que
me devuelven
al territorio
donde apenas puedo
diferenciar
después del mío
otro animal
que no seas
tú.


EL RESOPLIDO

Ahora mismo si me vinieran a
quemar la casa
O en alguna pesadilla
Tocaran a la puerta para pedirme
Un viaje
Por paisajes totalmente fuera
De mi cariño
Y si los emplazadores hicieran el increíble
Papel del indulgente
Permitiendo
Que llevara conmigo
las pertenencias indispensables
Sin dudas miraría en redondo
Tratando de indagar con cuál de ellas
Me salvo
Echaría un resoplido de caballo gastado
y poniendo la vista en un punto
Parecido a la cercanía
a esos
desfiladeros remotos
Les podría decir solo
Con el seguro cauce de mi mirada
Llévenme apenas
Con los olores del cuerpo.
BLADIMIR ZAMORA: (Bayamo, 1952) Poeta, periodista e investigador, especializado en música popular cubana. Bayamo, 1952. Miembro del Consejo de Redacción de la revista El Caimán Barbudo. Participó en la antología Poesía cubana: la Isla entera. En La Jiribilla mantiene la columna Aprende.

viernes, 6 de febrero de 2009

GESTO "EXCEPCIONAL" DEL PAPA

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Dalia Acosta entrevista al intelectual católico ROBERTO MÉNDEZ.
LA HABANA, feb (IPS)

Merecedor de premios nacionales e internacionales por su obra literaria y perseguidor de leyendas e historias de su natal ciudad cubana de Camagüey, Roberto Méndez no logra reponerse aún de la sorpresa que recibió del Vaticano. Este cubano de 50 años, amante crítico de las artes plásticas y el ballet, poeta, narrador y ensayista, también conocido por su sistemática y fructífera labor como laico católico, fue nombrado por el papa Benedicto XVI como consultor del Pontificio Consejo para la Cultura.
Méndez es miembro del Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y de la Academia Cubana de la Lengua, fue reconocido con la Distinción Por la Cultura Nacional, es fundador y coordinador del Aula de Poesía en el gubernamental Centro Cultural "Dulce María Loynaz" y colaborador de la oficina de la agencia de noticias Inter Press Service (IPS) en Cuba.
De forma paralela y con la misma prioridad en su vida, se graduó de Planeación Pastoral en el Instituto Mexicano de Doctrina Social en 1995, fue entre 1996 y 2000 responsable de la Pastoral de Cultura de la Diócesis camagüeyana, distante 540 kilómetros de La Habana, e integra el consejo de redacción de la revista católica Palabra Nueva.
Establecer "puentes de diálogo" entre estos ambos mundos en que ha transcurrido su vida desde muy joven aparece hoy como una de las prioridades del "consultor" del Vaticano, un nombramiento concretado en enero y que, a su juicio, más que un reconocimiento a su persona es un gesto "excepcional" del Papa hacia Cuba.

IPS: ¿Por qué interpretas tu nombramiento como algo excepcional?
ROBERTO MÉNDEZ: Porque acaba de concluir su labor como consultor monseñor Carlos Manuel de Céspedes, un cubano que fue electo, además, por más de un período.
Según la lógica, no se suponía que otro cubano accediera a representar una región tan vasta como América Latina y las Antillas. Su Santidad ha tenido un gesto de deferencia excepcional, no conmigo, sino con esta isla al mantener a un cubano en el Consejo.
Los Consejos Pontificios son estructuras auxiliares de las que se vale Su Santidad para asesorarse en sus relaciones con diversas áreas del complejo mundo actual: medios de comunicación, laicos, cultura, entre otros.
Además de los cardenales y obispos que los integran como miembros plenos, los Consejos tienen un grupo de consultores expertos, que pueden ser laicos, elegidos por un período de cinco años. Es usual, aunque no obligatorio, que los miembros y consultores se roten entre diferentes países.

IPS: En la práctica, ¿qué te espera?
RM: Estoy todavía empapándome con el lenguaje y las maneras de trabajo del Consejo. Según derivo de la lectura de algunos documentos, existen unas líneas de acción trazadas por el Vaticano para sus relaciones con el mundo de la cultura. son muy amplias y su aplicación es variadísima, según las características de cada lugar.
¿Qué me espera? Sólo Dios sabe lo que le espera a uno dentro de cinco minutos, pero se supone que yo funcione tanto como conocedor de la pastoral para la cultura, como de la historia de la cultura y sus relaciones con la Iglesia en América y que responda a consultas, asista y sea ponente en las reuniones regionales y participe en diversos proyectos que el Consejo lleve a cabo. Mi labor no es la de un ejecutor, sino la de un experto.


IPS: Eres muy conocido en el mundo de la cultura cubana, pero evidentemente llevas también una vida muy activa como laico católico. ¿A qué atribuyes este nombramiento?
RM: Durante varios años fui responsable de la Pastoral para la Cultura en la Arquidiócesis de Camagüey y, dejando la falsa modestia a un lado, uno de los intelectuales cubanos comprometidos con la Iglesia Católica más conocidos en el país y que ha mantenido una voluntad de diálogo entre la cultura más o menos oficial y aquella generada por las instituciones religiosas.
Eso debe haber influido en la decisión de la Conferencia de Obispos de Cuba de proponerme al Vaticano.
Pienso que también es un acto de buena voluntad hacia los laicos por parte de la Conferencia. Pudieron proponer a un sacerdote, que los hay cultos y prestigiosos, pero en los últimos años el laicado cubano ha crecido, se ha fortalecido, tiene voz en la vida eclesial, participa en decisiones y esto es un voto de confianza.

IPS: ¿Cómo definirías esa responsabilidad desde tu posición como intelectual cubano?
RM: Creo que es una oportunidad de aprender, crecer espiritualmente y servir.
Por una parte, servir a mi Iglesia en una encomienda que me da, no defraudarla, servir al Papa de un modo concreto, sabiendo que un consejo puede influir en una decisión que es universal. Y, por otra parte, aunque no represento a Cuba, sino a toda una región, el nombramiento puede ayudar, dentro del mismo país a establecer necesarios puentes de diálogo.
Estamos en una hora en que se necesita buena voluntad, reconciliación, entendimiento y eso creo que tiene un terreno fértil en el campo de la cultura. Hay que salir de las actitudes sectarias. Pertenezco al Consejo Nacional de la Uneac y ahora estoy en uno Pontificio y no soy un esquizofrénico para comportarme como dos personas distintas.


IPS: O sea, ¿seguir tendiendo puentes?

RM: Puedo poner mi grano de arena en buscar comprensión desde la cultura para lo que supone el vasto mundo de la fe y, por otro lado, encontrar en la cultura cubana viva eso que se ha dado en llamar "semillas del Verbo".
En otras palabras, poner en práctica lo que Juan Pablo II (1920-2005) nos pidió a los intelectuales desde el Aula Magna de la Universidad de La Habana, durante su visita a la isla hace una década.
Es muchísimo y debo conciliarlo con otras muchas labores, pero eso me ayuda a sentirme vivo y útil, inmunizado contra muchos desencantos, de esos que hoy agobian a tanta gente. (FIN/2009)
Dalia Acosta.
CorresponsalIPS - Inter Press Service.
Corresponsalía Cuba.

martes, 3 de febrero de 2009

¿POBRES NOSOTROS?

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.................................Pobres poetas a quienes la vida y la muerte
.................................persiguieron con la misma tenacidad sombría…
...................................................Pablo Neruda.
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¿Pobres nosotros?
Pobres los que aún pueden leernos,
.........los que aún convalecen leyendo estas palabras.

Nosotros, todo lo hemos perdido, todo
………ha sido sacrificado, puesto a arder
………en esta pira que hace del humo una sustancia férrea.
Pobres éramos, fuimos la mar de pobres;
………ahora podemos sonreír,
………deleitarnos en nuestra ingravidez.

Veleidoso poeta, vendrá el carro de la muerte
………también para tu nombre.
Poeta con el vientre hinchado de palabras ruinosas,
………enriquecido
………en el ejercicio de trenzar las cuerdas
………que han de atarnos algún día al silencio:
………déjame que lo olvide.

Déjame creer que las palabras me mantienen vivo
………aunque se parezcan, cada vez más,
………a los recuerdos de un tiempo que quisiera olvidar.
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