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Nota: Los libros recién adquiridos y algunos (la mayoría) generosamente enviados por sus autores, se acumulan. Los días se hacen cortos. APUNTES DE LECTURA pretende dejar testimonio de esas primeras impresiones y agradecer a los autores.
.Nada de que retractarse, tiende uno a pensar al leer este cuaderno de versos. José Félix León pareciera reclinarse en el sosiego que propicia la melodía en que ha logrado encausar su discurso. La austeridad en el uso del lenguaje no debe interpretarse como ausencia de lujo, pues la adjetivación, aunque no profusa, añade matices a veces sorprendentes sin borrar la sensación de fluidez, la euritmia que podría ser el valor más resaltante de este libro. Contribuyen a ello una cuidada observación de la forma, versos que pueden sobrevivir la prueba de la oralidad y se asientan con gracia en la página, ajenos a concesiones a la prosa. Es notable la factura del conjunto, que pudiera leerse como una señal de madurez, aunque el recurrente anclaje referencial de los textos le añada al despliegue sensorial de un observador sutil, el riesgo de conceder cierto protagonismo a su existencia contextual. Nada de que retractarse, pienso aún, y coloco este conjunto de versos en la parte del estante en que se acumulan los libros que volveremos a leer..
.Nada de que retractarse, tiende uno a pensar al leer este cuaderno de versos. José Félix León pareciera reclinarse en el sosiego que propicia la melodía en que ha logrado encausar su discurso. La austeridad en el uso del lenguaje no debe interpretarse como ausencia de lujo, pues la adjetivación, aunque no profusa, añade matices a veces sorprendentes sin borrar la sensación de fluidez, la euritmia que podría ser el valor más resaltante de este libro. Contribuyen a ello una cuidada observación de la forma, versos que pueden sobrevivir la prueba de la oralidad y se asientan con gracia en la página, ajenos a concesiones a la prosa. Es notable la factura del conjunto, que pudiera leerse como una señal de madurez, aunque el recurrente anclaje referencial de los textos le añada al despliegue sensorial de un observador sutil, el riesgo de conceder cierto protagonismo a su existencia contextual. Nada de que retractarse, pienso aún, y coloco este conjunto de versos en la parte del estante en que se acumulan los libros que volveremos a leer..
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CAMBIO DE MES.Otra vez llega octubre
y el deseo
me congela los labios
con labios de ceniza que podría nombrar
labios de cal, de palma,
de silencio o espuma de silencio,
labios de miel, labios leves.
Camino entre las flores
como si fueran la causa de mi muerte,
la piel se me cuartea
y hay miradas en círculo a mi espalda.
En octubre no importa
la sombra de los tallos
ni el enrejado oscuro que pintan en mi cara.
Llega el tiempo de calentar posturas,
de sembrar en lo húmedo
las semillas de oro, de encontrar
el gusano en las estribaciones del cantero.
Hundo la paleta en la tierra dorada del contén
y es el asombro.
Me miras, me has mirado.
En octubre me ordeno para la estación
……..borrando el aire ácido de invierno.
.Comienza la movilidad.
.Los labios se me hielan.
.
.EL VERANO.La línea de los pies, ¿cómo acabarla? La densa línea
divisada apenas, una franja de nubes,
el ruido de la hierba, los viajeros
y la noche terrible de los cuentos de hadas.
La línea de los pies hacia lo alto,
franjas de un dorado terrible, ¿dónde nos quedamos?
¿Qué lugar es posible en el rostro que surge
de tanta oscuridad? ¿Cómo expresar?
Había un pino. Es una pregunta
y un árbol, me dijiste.
La línea encantadora, en lo alto
un cúmulo de nubes,
sus hermosos dibujos y el objeto
que rodó de mi mano.
Recordaría cintas y viajes sin sentido,
palabras sin sentido:
un estado de gracia.
Semanas esperando qué,
la posesión del aire,
la voz que repetía un nombre y ocultaba
el vacío que pasó de mi mano
a la línea encantadora de su pie,
la belleza de ciertas palabras,
la palabra bosque, por ejemplo, y la palabra
violenta que no pude decir.
¿Por qué me perdía en la línea desigual
que mi mano rozara?
.
.CATÁLOGO DE LAS PIEDRAS.Besa la superficie del ópalo genuino.
Contempla su reflejo
en el vidrio de tu mano,
la mano que atisbaba entre el coral
y los cantos rodados alguna lucidez,
el don que no te fue concedido
y que buscas,
ciego,
en los estantes de perfumería
……..de las tiendas de marca,
-un toque de Chanel
o Dior y algunas nubes entre el párpado y tú,
la fragancia de Hugo en un pueblo de campo
cuando se extinguen las luces y bordeas
el camino solitario.
.El ópalo temblará
como entonces,
en la línea de tu mano.
.JOSÉ FÉLIX LEÓN: (Pinar del Río, 1973) Poeta y narrador. Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana. Ha publicado los libros de poemas Demencia del hijo (Ediciones Loynaz, 1994), Donde espera la trampa que un día pisó el ciervo (Ediciones Abril, 1996), Correos / Bosques intermedios (Ed. Vigía, 1997), Patio interior con bosque (Ediciones UNION, 1999) y Palinodia (Ediciones Cause, 2008)
y el deseo
me congela los labios
con labios de ceniza que podría nombrar
labios de cal, de palma,
de silencio o espuma de silencio,
labios de miel, labios leves.
Camino entre las flores
como si fueran la causa de mi muerte,
la piel se me cuartea
y hay miradas en círculo a mi espalda.
En octubre no importa
la sombra de los tallos
ni el enrejado oscuro que pintan en mi cara.
Llega el tiempo de calentar posturas,
de sembrar en lo húmedo
las semillas de oro, de encontrar
el gusano en las estribaciones del cantero.
Hundo la paleta en la tierra dorada del contén
y es el asombro.
Me miras, me has mirado.
En octubre me ordeno para la estación
……..borrando el aire ácido de invierno.
.Comienza la movilidad.
.Los labios se me hielan.
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.EL VERANO.La línea de los pies, ¿cómo acabarla? La densa línea
divisada apenas, una franja de nubes,
el ruido de la hierba, los viajeros
y la noche terrible de los cuentos de hadas.
La línea de los pies hacia lo alto,
franjas de un dorado terrible, ¿dónde nos quedamos?
¿Qué lugar es posible en el rostro que surge
de tanta oscuridad? ¿Cómo expresar?
Había un pino. Es una pregunta
y un árbol, me dijiste.
La línea encantadora, en lo alto
un cúmulo de nubes,
sus hermosos dibujos y el objeto
que rodó de mi mano.
Recordaría cintas y viajes sin sentido,
palabras sin sentido:
un estado de gracia.
Semanas esperando qué,
la posesión del aire,
la voz que repetía un nombre y ocultaba
el vacío que pasó de mi mano
a la línea encantadora de su pie,
la belleza de ciertas palabras,
la palabra bosque, por ejemplo, y la palabra
violenta que no pude decir.
¿Por qué me perdía en la línea desigual
que mi mano rozara?
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.CATÁLOGO DE LAS PIEDRAS.Besa la superficie del ópalo genuino.
Contempla su reflejo
en el vidrio de tu mano,
la mano que atisbaba entre el coral
y los cantos rodados alguna lucidez,
el don que no te fue concedido
y que buscas,
ciego,
en los estantes de perfumería
……..de las tiendas de marca,
-un toque de Chanel
o Dior y algunas nubes entre el párpado y tú,
la fragancia de Hugo en un pueblo de campo
cuando se extinguen las luces y bordeas
el camino solitario.
.El ópalo temblará
como entonces,
en la línea de tu mano.
.JOSÉ FÉLIX LEÓN: (Pinar del Río, 1973) Poeta y narrador. Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana. Ha publicado los libros de poemas Demencia del hijo (Ediciones Loynaz, 1994), Donde espera la trampa que un día pisó el ciervo (Ediciones Abril, 1996), Correos / Bosques intermedios (Ed. Vigía, 1997), Patio interior con bosque (Ediciones UNION, 1999) y Palinodia (Ediciones Cause, 2008)
1 comentario:
Excelente entrega, muy buenos textos, gracias
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