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Cabe el impulso, mirar pudiera el ojo simple, bastaría
si no fuera tan amargo ser ojo opaco, turbio,
encerrado en su profundidad de cálido retiro.
Y no fuese por asco, no ansiedad,
cable el impulso, siempre cabe
aunque no siempre
tiene el impulso el filo de un dardo en la penumbra.
Mirar pudiera,
con una no tan amarga pose de observador ecuánime
y tener la justa respuesta
que como un grueso cristal, antecede sólido
un frágil cristal de inusitada transparencia.
Y no fuese por asco, no ansiedad,
simple no decir o no a quien decir
que de igual modo entendiera y bastaría.
Puede que de algún modo no fuese el impulso una lección de dignidad,
cargo de conciencia o falsa estrategia o equivocada estrategia
o simplemente no es político ahora.
si no fuera tan amargo ser ojo opaco, turbio,
encerrado en su profundidad de cálido retiro.
Y no fuese por asco, no ansiedad,
cable el impulso, siempre cabe
aunque no siempre
tiene el impulso el filo de un dardo en la penumbra.
Mirar pudiera,
con una no tan amarga pose de observador ecuánime
y tener la justa respuesta
que como un grueso cristal, antecede sólido
un frágil cristal de inusitada transparencia.
Y no fuese por asco, no ansiedad,
simple no decir o no a quien decir
que de igual modo entendiera y bastaría.
Puede que de algún modo no fuese el impulso una lección de dignidad,
cargo de conciencia o falsa estrategia o equivocada estrategia
o simplemente no es político ahora.
Foto: Magdalena Abakanowicz. AGORA 2005-2006, iron 106 figures. Permanent installation in Grant Park, Chicago
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