martes, 21 de octubre de 2008

SIGNOS DEL POLVO

..............................................Los ciclos del Cielo en veinte siglos
..............................................nos alejan de Dios y nos acercan al polvo
...................................................................T. S. Eliot.


ARIES

No ceja más no siente, que sentir más quisiera
aunque cejar permita. Calla y ha de velarle
la sangre el ojo turbio. En oro ha de grabarle,
ha de llorar en oro para que el mármol hiera.

Odia la recompensa, en sus filos rompiera
el más turbio recuerdo. El cielo ha de olvidarle
si flaquea. Alimenta la voz que de nombrarle
siente apenas que aclama la verdad que mordiera.

El mármol quiebra, el frío temblor logra ocultar
y entre el mármol que sueña y el mármol que destruye
tiembla la carne dócil donde la sangre fluye.

Del ojo no se fía, la piel ha de ocultar
el oro que sostiene. Si el tiempo ha de morderle
no lo paga el olvido. La sangre ha de vencerle.

TAURUS

Noble el asta no hiere, la herida no redime
la herida, en ella insiste el hierro, el romo hierro
cebado de odio. Afirma la pezuña en el cerro,
noble el asta hacia el norte guarda el pecho que gime.

El hierro, no es el hierro quien le hiere, le oprime
indiferente el cielo. El aire, en su destierro
de materia impalpable, trae la voz del cencerro
con su himno de sangre que de sangrar le exime.

El más frío silencio, casi escarcha, gradina
sobre el lomo la noche quiebra en mármol, doblega
la noche, un cielo oscuro y falso que le niega.

En el asta y el sexo su silencio reclina,
su poderosa ausencia, triste poder, reclama
la muerte sucesiva que en su recuerdo brama.

GEMINI

Canta en la voz ajena. Siente encinta el abrazo
que no ha dado, sus piernas sostienen sin esfuerzo
el fruto de lo incierto. Vende la miel del verso
que escuchara, su triunfo sublimara el fracaso.

Siente su turbia sangre en el ajeno brazo,
la fiebre es sangre y sangre será el grano disperso
que la mano ofreciera negando. Si el adverso
discurso fuese espiga, cosechara el ocaso.

Dará a la luz la sombra del fruto que ha vencido,
cambiará cada gesto por el gesto que niega
y el oro de la espiga vulnerará la siega.

Del recuerdo, la bestia noble habrá destruido.
Nada ha de atarle, nada tendrá su justo peso,
teme el cálido manto que aguarda su regreso.


CÁNCER

Hacia la muerte el paso, más tardo que seguro,
retrocede y avanza hacia la muerte. Lento
el paso, el lodo surca, cruel el divertimento,
va trazando los signos del juego más oscuro.

A un lado el agua extensa, el aire como un muro
impalpable al costado, la tierra, -su lamento-
a la espalda. Qué rostro enfrentar, si en el viento
una puerta al abismo se abre y nombra el futuro.

En tanto retrocede, duda y sueña otro cielo,
es la duda y el sueño, es el rencor y aún ama
tozudo las virtudes del lodo y por él clama.

No guarda anhelo alguno, ambición o desvelo
no son banderas suyas. El azar le divierte:
es un símbolo hueco que inventara la muerte.


LEO

En el emblema herido, coronado, rampante
en oro sobre rojo, la garra el trigo siega.
Ruge, de sus bondades nombrara lo que niega
y sobre el campo en rojo busca el cuerpo sangrante.

Engarza en oro el cuerpo de un futuro distante
y en sangre baña el cetro del alma. Si doblega,
no mata, humilla y ciñe su gloria. El prado anega
del dolor que anunciara la estrella en el levante.

La roca, el agua, el viento, reniegan del zarpazo;
obedece la brizna, niega el fuego la llama
que abrasara su sombra y aun su sombra aclama.

Será emblema, no arma; símbolo, no fracaso;
basta un dardo y el miedo le hará cambiar la historia,
lo que silencio fuera será clamor y gloria.


VIRGO

Tañe el arpa la insomne, ala al velo ceñida,
muchacha que paloma o ave de oro nombrara.
Si del sonido sangre, si la voz agua clara,
turbia la mano tiembla, tiembla el ala y olvida.

Tañe el arpa. Si en sombras, velada o dividida,
en uno u otro templo la música sangrara,
busca insomne, ala en oro su silencio gravara
y en hilos de oro el velo anunciara la huida.

Insomne o en vuelo raudo, pliega el ala quebrada,
a su música oscura se vuelve como al sueño
si el sueño un sueño fuera. Le socorriera dueño

y otras dudas no hubiere, si en sueños recobrada
la música, el costado en su sangre bañara
y en el pecho rugiese la voz que le matara.


LIBRA

Nunca febril, helada, más no frívola, elude
la lectura agitada. Coronada la espera,
laureles sin la gloria teje. La mano hiera
sin sangrar, hiera el dardo y otra rama le escude.

Escúdele, designe justa la diestra y dude
del espejo; la imagen que por cierta ofreciera,
falsa, absurda, hipotética, no nombre, no requiera
el rostro que aun dudando a socorrerle acude.

La razón en silencio ha de soñar; no, el sueño
alimenta el desvelo. Ha de mirar si siente
que teme; no, el instinto a la razón le miente.

Ha de escuchar, tejer a solas el empeño
de deshojar las ramas, rasgar la bruma. El cielo
es el cielo, sin otra gloria que un raudo vuelo.


SCORPIO

Ponzoña, el estertor, la bruñida coraza;
borda el veneno en plata sobre el mantel. Hilara
el muslo terso, aguarda festejo y coronara
en la carne el bordado que en blanco lino abraza.

La rodilla o la duda; punza el discurso y traza
la sombra el tardo anhelo. Si al dintel retornara,
su paso sigiloso la noche recobrara
y ocultara en elogio lo que fuera amenaza.

Símbolo en el costado, emblema, cubre el vientre
angosto la ponzoña, signado el paso, y nieve
es el paso en la nieve. Hilara el temblor breve

en que la mordedura la novedad reencuentre.
Hilara el muslo terso si a un tiempo se detienen
para que agua, aire y cielo su soledad ordenen.


SAGITARIUS

Penetra el tiempo. Ciego, con su ciega medida
de polvo tensa un arco al tiempo ahora distante.
Bruñe tarde en el tiempo la flecha que a levante
hiere el hombro. La bestia en su pecho tendida

sueña vino, agua fresca para limpiar la herida
que tiempo y turbias aguas aun recuerdan sangrante.
Una voz dulce, un árbol que en el vientre vibrante
sueña un puente. La pata por el polvo mordida

ordena los gemidos del niño, que temblando
donde el agua termina, inicia el agua breve
en que sin otro cielo, la bestia sueña y bebe.

Es bestia y hombre, y ala de un sueño que cortando
el oscuro vendaje que a su silencio ataran,
busca en el agua el cielo que un día le negaran.



CAPRICORN

Nada recuerda, nada le oscurece la vista
mas nada ver pudiera bajo el cielo nublado.
No en las turbias rompientes, el cristalino vado
sírvale más y sueñe el filo, no la arista.

Usurero, bastardo, hijo de prestamista
en pago concebido y a viva voz negado,
enaltece las armas que en su sangre ha lavado,
su libro de familia sin perdida o conquista.

Es la peña su escudo, su podio. Fuese roca
y no carne si ardiese el odio en su costado,
mas es todo silencio, por el silencio odiado.

Asciende y su caída en cada piedra evoca,
es el abismo, duda y en el ultimo paso
hunde en el vasto cielo los cuernos del fracaso.
ACUARIUS

En el lago de sombras vierte su sombra amarga,
muchacha de agua, espuma en su leche tendida
y en agua sus vestidos y su voz sumergida,
niega el dolor si el frío extendiera su adarga.

El cántaro, su vientre abraza, su triste carga
sueña, con el sosiego del que sueña otra vida,
y le vierte en las aguas como una despedida,
como una sombra oscura y demasiado larga.

Duerme en el agua inútil, sumergida su sombra,
y parece que fuera ella una sombra inerte
que en su negar, negara las aguas de la muerte.

Colma y vierte el desvelo del cántaro, le nombra
con nombres que inventara y nombre que aun recuerda.
Le colma y vierte y teme que el olvido le pierda.

PISCES

La duda, haz de mirarle como se mira a oscuras
al agua que regresa de una muy larga ausencia.
Un pez de oro en el ojo, el vidrio, la evidencia
que corta, filo amargo, elogios y censuras.

Haz de mirarle oculta, si en su dolor perduras;
se aleja y aun regresa, te escucha y te silencia
el dolor unánime del vacío. Su esencia
tiene el color salobre del dolor que le auguras.

Si su dolor no sangra, no niegues que ha llorado;
sangre y agua se funden en su filo. Dormido
nombra iguales mentiras con apuesto sentido.

De sitio alguno puede decir que ha regresado,
a ningún sitio marcha seguro: calla y piensa.
Duda, tan solo duda, siempre duda y comienza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para los Signos de Heriberto.


Zodiaco que estremece y extrapola
del blanco al negro y del negro al blanco.
Mártir de luz que escapa del espanto
igual que se marchita una amapola.

Ruge la mar y el filo de la ola
(la que se alza con fuerza al desencanto)
rompe en la arena. De espuma y de llanto
es una danza con bata de cola.

En cada signo se crece la noche
ebria de estrellas. El hombre padece
de hambre de verso. Despierta en derroche

la palabra que nunca se enmudece.
Ya no hay lugar al quiebro ni al reproche,
es un candil que alumbra y que florece.

Gracias por tu "Primera Palabra".

Osmome.
28-10-08