martes, 17 de junio de 2008

INCURABLE

Leo un correo que un gran amigo me envía desde Cuba. Entre otras cosas me contaba: “…hoy recibí un correo de… (1) …invitándome a una lectura de (Alberto Rodríguez) Tosca, que está en La Habana de visita, en el que me comenta que lee tu blog. Yo no podré estar en esa lectura, aunque me hubiera gustado mucho…”
No puedo negar que a mi me hubiese encantado escucharle. Es más, me hubiese gustado estrecharle la mano, decirle que alguna vez sentí también esa sensación que describió, con tan descarnada honestidad, en su crónica “1999”, escrita para el proyecto “Siglo Pasado” de “La Gaceta de Cuba”. Todos nos hemos descubierto alguna vez “pegando versos como se pegan ladrillos” y hemos desempolvado “unos papeles viejos que alguna vez pretendieron ser una novela” para llenar el vacío. Decirle también que esto es como una enfermedad y que, desde que leímos “Todas las jaurías del rey”, estamos convencidos de que, quien escribió esos versos, está enfermo de un modo incurable.


ERAN LABIOS OSCUROS Y PALABRAS OSCURAS
Eran labios oscuros y palabras oscuras.
Inventarios dormidos y balanzas de dudoso equilibrio.
Eran pasos cruzados y sueños y vigilias. Y vigilias
pérdidas y sueños restaurados. Eran mapas y mapas.
Ciudades y secretos. Un forastero hablando de la vida.
Era la vida. Una guerra mundial en un retrato
en que mi madre está triste y yo estoy muerto.
Era un caballo blanco y un número infinito.
El juicio de la noción y de la mascara.
Noción del cielo máscara de un dado.
Era mi hermano que me iba a perdonar
pero no entonces sino un día.


AHORA NO SOMOS MÁS

Ahora no somos más la cáscara el alivio
de la muerte la delicia del gesto
del que va a morir no somos más
la hora y la pericia del corazón en la sorpresa
no somos el agua que resbala
y sale del estanque (a dónde) no somos
una escalera otra entre dos casas
abiertas al descuido del mundo
no somos el ascensor llegando
a qué puerta probable abran no somos
el asesino ni el amante que llegan
todos los días a esta hora el ascensorista
que pregunta a qué cielo pero no somos dios
si fuéramos el avance de otra nada
la cercanía del susto la posesión del hilo
entre una boca y un ojo si fuéramos
el hijo de los padres el inicio de un tiempo
amplio como los vórtices del fuego
el esperado el esperando si fuéramos
el héroe si fuéramos el vidrio de las heridas si fuéramos
la posibilidad de la cáscara el alivio
de la muerte la delicia del gesto
del que va a morir en nuestros brazos.

1- Poeta cubana, que me honra visitando este blog.

ALBERTO RODRÍGUEZ TOSCA: Artemisa, La Habana, Cuba, en 1962. Poeta, ensayista y narrador. Ha publicado Todas las jaurías del rey (Premio David de Poesía, 1987), Otros poemas (Premio Nacional de la Crítica, 1992), El viaje (Ediciones Catapulta, Colombia, 2003), Las derrotas (Ediciones Unión, 2006). Sus poemas y cuentos han aparecido en antologías publicadas en Cuba, España, Argentina, Méjico, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Austria, Italia y Estados Unidos. Reside en Colombia desde 1994. Dirige un taller de escritura en la Casa de Poesía Silva.

jueves, 12 de junio de 2008

VIERNES TRECE (o la maldición de Estocolmo)

Hoy es “viernes trece” y La(s) Primera(s) Palabra(s) no pueden ser otras. El 13 junio de 1865 nace el poeta y premio Nobel William Butler Yeats y el mismo día de 1986 muere el escritor argentino Jorge Luís Borges. Hacerlos converger acá es reeditar sus innumeras coincidencias: el gusto por los simbolistas franceses, el misticismo, el esoterismo, la metafísica, las parábolas, las elucidaciones teológicas y un enorme interés por las tradiciones populares.
Más allá de las connotaciones de la fecha, hay una coincidencia que ambos comparten: una obra que sustenta el merecimiento del premio Nobel de las letras. A W. B. Yeats le fue otorgado en 1923 en un fallo inobjetable. J. L. Borges moriría sin ser reconocido por la Academia Sueca aunque para todos estaba claro que nadie con más justicia que él lo merecía.

Borges, cuya autorizada voz resonaba internacionalmente, saludó con alegría el derrocamiento del partido de Perón por la Junta Militar Argentina, aunque muy probablemente se arrepintió enseguida cuando la implacable represión de Videla comenzó a cobrarse numerosas víctimas y empezaron a proliferar los "desaparecidos" entre los escritores. El propio Borges, en compañía de Ernesto Sábato y otros literatos, se entrevistó ese mismo año de 1976 con el dictador para interesarse por el paradero de sus colegas.
De todos modos, el mal ya estaba hecho, porque su actitud inicial le había granjeado las más firmes enemistades en Europa, hasta el punto de que un académico sueco, Artur Ludkvist, manifestó públicamente que jamás recaería el Premio Nobel de Literatura sobre Borges por razones políticas. Ahora bien, pese a que los académicos se mantuvieron recalcitrantes, durante la última década de vida del escritor, se alzaron voces cada vez más numerosas, denunciando que esa actitud desvirtuaba el espíritu del más preciado premio literario y que era la Academia Sueca quien se desacreditaba con su postura.
La concesión del Premio Cervantes en 1979 compensó en parte este agravio. En cualquier caso, durante sus últimos días Borges recorrió el mundo siendo aclamado por fin como lo que siempre fue: algo tan sencillo e insólito como un "maestro".

¿Se repetirá la maldición también con Mario Vargas Llosa?


¿QUIÉN SOÑÓ QUE LA BELLEZA PASA COMO UN SUEÑO?

¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?
Por estos labios rojos, con todo su triste orgullo,
tan tristes ya, que ninguna maravilla pueden presagiar,
Troya se nos fue con destello fúnebre y violento
y murieron los hijos de Usna.

Desfilamos, y desfila con nosotros el mundo atareado
entre las almas de los hombres, que se despiden y ceden su
puesto como las pálidas aguas en su glacial carrera;
bajo estrellas que pasan, espuma de los cielos,
sigue viviendo este rostro solitario.

Inclinaos, arcángeles, en vuestra sombría morada:
Antes de que existierais y antes de que ningún corazón latiera,
rendida y amable permanecía junto a su trono;
la belleza hizo que el mundo fuera una senda de hierba
para que Ella posara sus pies errantes.

Versión de Hernando Valencia Goelkel.

LA ISLA DEL LAGO DE INNISFREE

Me levantaré y me pondré en marcha, y a Innisfree
iré, y una choza haré allí, de arcilla y espinos:
nueve surcos de habas tendré allí, un panal para la miel,
y viviré solo en el arrullo de los zumbidos.

Y tendré algo de paz allí, porque la paz viene goteando con calma,
goteando desde los velos de la mañana hasta allí donde canta el grillo;
allí la medianoche es una luz tenue, y el mediodía un brillo escarlata
y el atardecer pleno de alas de pardillo.

Me levantaré y me pondré en marcha, noche y día,
oigo el agua del lago chapotear levemente contra la orilla;
mientras permanezco quieto en la carretera o en el asfalto
gris la oigo en lo más profundo del corazón.

Versión de Luís Zalamea.

WILLIAM BUTLER YEATS: (Dublín, 13 de junio de 1865 - † Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 28 de enero de 1939), poeta y dramaturgo irlandés. Envuelto en un halo de misticismo, Yeats ha sido una de las figuras más representativas del renacimiento literario irlandés. Su poesía, que a pesar de su espíritu innovador, generalmente se caracterizó por su cuidado formal. Igualmente, era de carácter simbolista y utilizaba imágenes que traducían el inconsciente universal de las culturas. En 1923 obtuvo el Premio Nóbel de Literatura y, al independizarse su país del Reino Unido, fue elegido senador del Estado Libre Irlandés.

Retrato de William Butler Yeats por John Singer Sargent. (Lápiz, 9” x 6”)


EL HACEDOR

Somos el río que invocaste, Heráclito.
Somos el tiempo. Su intangible curso
acarrea leones y montañas,
llorado amor, ceniza del deleite,
insidiosa esperanza interminable,
vastos nombres de imperios que son polvo,
hexámetros del griego y del romano,
lóbrego un mar bajo el poder del alba,
el sueño, ese pregusto de la muerte,
las armas y el guerrero, monumentos,
las dos caras de Jano que se ignoran,
los laberintos de marfil que urden
las piezas de ajedrez en el tablero,
la roja mano de Macbeth que puede
ensangrentar los mares, la secreta
labor de los relojes en la sombra,
un incesante espejo que se mira
en otro espejo y nadie para verlos,
láminas en acero, letra gótica,
una barra de azufre en un armario,
pesadas campanadas del insomnio,
auroras, ponientes y crepúsculos,
ecos, resaca, arena, liquen, sueños.
Otra cosa no soy que esas imágenes
que baraja el azar y nombra el tedio.
Con ellas, aunque ciego y quebrantado,
he de labrar el verso incorruptible
y (es mi deber) salvarme.


EL BISONTE

Montañoso, abrumado, indescifrable,
rojo como la brasa que se apaga,
anda fornido y lento por la vaga
soledad de su páramo incansable.

El armado testuz levanta. En este
antiguo toro de durmiente ira,
veo a los hombres rojos del Oeste
y a los perdidos hombres de Altamira.

Luego pienso que ignora el tiempo humano,
cuyo espejo espectral es la memoria.
El tiempo no lo toca ni la historia

de su decurso, tan variable y vano.
Intemporal, innumerable, cero,
es el postrer bisonte y el primero.

JORGE LUIS BORGES: (Buenos Aires, 1899 - † Ginebra, Suiza, 1986) Es sin duda el escritor argentino con mayor proyección universal. Su primer libro de poemas fue Fervor de Buenos Aires (1923), en el que ensayó una visión personal de su ciudad, de evidente cuño vanguardista. En 1925 dio a conocer Luna de enfrente y, tres años más tarde, Cuaderno San Martín, poemarios en los que funda con su escritura una Buenos Aires mítica. En 1930 publicó Evaristo Carriego, un título esencial en la producción borgeana. Hacia 1932 da a conocer Discusión, libro de ensayos en los que se pone de manifiesto la agudeza crítica de Borges. En 1935 aparece Historia universal de la infamia, Historia de la eternidad en 1936 y, sobre todo, Ficciones (1944) que acabaron de consolidar a Borges como uno de los escritores más singulares del momento en lengua castellana. También de 1944 es Artificios y El Hacedor de 1960, que incluía algunas piezas escritas treinta años antes y sin embargo guardaba una sólida unidad entre todas sus partes, no sólo formal sino también en cuanto a contenidos.

Foto de archivo.

sábado, 7 de junio de 2008

HUELLAS

La distancia y la falta de comunicación durante periodos muy largos con los poetas de mi generación me hace a veces releer algunos libros con una visión muy critica de cuanto he escrito. En este caso La Primera Palabra que me viene a la mente es “huellas”. Apenas nos saludamos en dos ocasiones, simples saludos por pura urbanidad, en que sentí, más que distancia, una profunda timidez. Carlos Augusto Alfonso, es sin embargo, uno de los poetas de mi generación que más he frecuentado. Sólido, de una aridez sintáctica proverbial, escoge sus lectores, les prueba y luego les fascina. Puede enorgullecerse de un discurso sorprendente, inusualmente rico y raro, de una agudeza que penetra lo esencial por los caminos de la retórica, la alusión subtextual o la fina ironía, en que lo popular, incluso lo grosero, se hace quevedesco y sutil. Sus libros sustentan una vocación en que lo experimental se muestra como hallazgo aunque nos impresione como búsqueda. Su poesía ha plantado más de un hito en el páramo de mis elucubraciones y ha dejado más de una huella visible en algunos de mis versos. Nótese la relación formal y temática entre estos dos excelentes textos suyos (“La Corriente del Niño” y “La Pescadería”) y este poema (“En La Corriente”) que escribí años más tarde, para más coincidencia, durante mi estancia en Perú y durante uno de los fenómenos de “el niño” mas devastadores de los últimos tiempos.


LA CORRIENTE DEL NIÑO.

(Fenómeno meteorológico)
Ciertos informes indican que el niño puede volver.
(Del periódico científico “Rasmusson“)
claro que puede volver
el niño siempre puede volver
era desgraciado era pálido era mandado a volver
he sabido de nubes condicionadas a quedarse antes
si el niño llora en cali en potosí en alabama
entre los filminutos de los empleados de la card vaid
desequilibrado ante los ojos del vió y no vió
más allá de su impacto económico
de su manera fija de proceder/como corresponde a zonas
castigadas por disciplina
aguas tibias y calientes cocinando de lado la anchobeta
llevándose a miles a reforzar el ecologismo
a sentar base de reuniones interminables
navidad de natividades con qué cara puede uno
presentarse ante la fao
y pedir ayuda
a mucho y le compran el traje al bengalí que firma
miles de protocolos en tu mundo
los bancos de cereales cuenta abierta a la polinesia
claro que puede volver
claro que el niño puede volver siempre está volviendo el niño
que necesita para la natividad que no sea que no sea que
entre la virgen por una puerta salga la virgen por la otra
a intervalos de los sueros con un levín en la nariz
el niño mama repugnado de tragar aire
el niño que muere mata y se ríe es válido
nos esperan congresos sobre la corriente del niño
por los días 24 hay también terror
las cosas quedan donde siempre paz y fertilidad
a qué hora abrió los ojos qué ángulo prefirió mirar
cómo se durmió
el niño siempre estará volviendo puntual
con su reloj del hambre.


LA PESCADERÍA.

Cuba: Tratado de Pesca con Perú.
(nación más favorecida)
Vivo sobre pescadería,
es decir,
sobre aviso.
Abajo se me lleva,
cuando me asomo y veo agrupaciones,
de concierto en concierto;
escaleras que aprenden a encontrar su destino.
Vivo sobre pescadería, es decir,
una vez que los tenga,
cortaré las comentes de una canallada.
Abajo se me guarda
como en una circulante.
Vivo sobre pescadería,
es decir,
en costas tabuladas,
en cámaras mortuorias,
con glaucoma de arenas movedizas
en los bancos de peces,
que llegan a las cuencas de mis manos.
Vivo sobre pescadería,
es decir,
sobre aviso.


EN LA CORRIENTE.

Estas pudieran ser aguas más cálidas
en la corriente inversa,
que no adversa, para el pez desdoblado en el frío,
en la ausencia de todo calor,
en la corriente calma de las aguas.
Esta es la corriente que puede matar
empujando desde el más cálido recuerdo,
en el que más estamos,
una muerte que suele parecerse cada vez menos al frío.

Puedes mirar abajo, esos hombres,
que son o pudieran ser arenques
u otro pez seco en salmuera,
esperan su jurel, matan
su vacío en La Habana
en tanto, el frío mar del sur
hace lugar.
Esta, adversa, echa fuera, sobre las rocas o la playa,
los peces muertos en el sueño,
no sabría si cálido, de ser hombres tendidos al sol
o tirando de la red.

Mostrador siempre mísero o vidriera helada de asombro
que de quebrarse,
vidrio o equilibrio natural,
de igual modo acabará pudriendo
la playa o la acera.
En tanto, sigue siendo el abrigo
para ocultar el miedo a lo desconocido,
sigue, contracorriente,
negando el agua límpida
que sueñan aturdidos los hombres y los peces.

CARLOS AUGUSTO ALFONSO: (La Habana, 1963) Poeta. Ha obtenido el Premio David de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en 1986, el Premio Abril y el Premio de Poesía Julián del Casal de la UNEAC en 1997 y el Premio de la Crítica Literaria 2004. Ha publicado seis libros de poesía: "El segundo aire" (1987), "Población flotante" (1994), y "La oración de Letrán" (1996), “Fast Delivery” (1997), “Cabeza abajo” (2001) y “Cerval” (2004). Reside en Cuba.

Foto de Cuba Literaria. Una foto muy curiosa, dado el clima de Cuba, y la única que he podido obtener.

Nota: (06/21/2008)
Recién encuentro en “alascuba” unos textos y una ficha actualizada del poeta cubano Carlos Augusto Alfonso. Hay además una foto, al parecer reciente, que retribuye mis esfuerzos en vano cuando escribí este post.

viernes, 6 de junio de 2008

CRONICA SOCIAL






Imperdonable olvido: también un seis de junio, pero de 1989, nació Salma Vega Caluff, la cual lleva con mucho orgullo dos apellidos ilustres de la poesía cubana y recién se graduó de músico.





Felicidades.

martes, 3 de junio de 2008

CASUALIDAD

Busco entre mis papeles, releo el archivo de una (por suerte)* abortada antología de la “generación de los ochenta”, que me fuera encargada hace más de diez años. Encuentro un texto que no puedo sustraerme a la tentación de mostrarles, no sólo porque lo incluiría sin dudarlo en cualquier antología, sino porque pareciera que rondaba en mi subconsciente a la hora de concebir el título de este blog. Manuel Sosa, el autor, no me lo ha mencionado, tal vez siquiera lo ha advertido, o ha callado discreto haciendo honor a nuestra amistad.
LA QUEDA

I
La primera palabra en la primera puerta no
advierte y retribuye con su papel de bastimento a la
palabra que golpeará un rostro en el final.
La segunda cita en sombras es otra mentira
como mentira han sido las tumbas, las quedas
anticipadas y estos pobladores sentados en toda su brevedad.

El precio de abdicar se intuye:
si llegara raudo el estafeta,
si vibrase entonces,
si dejara un manto como recuerdo.
Y de recuerdos vive el hombre:
una tregua para amonestarse sin pudor,
una bifurcación cuando los anfitriones rueguen
o acometan.
No es un sitio para evocar, pero hasta donde la vista alcanza,
se vislumbran puntos insalvables,
riscos de sueños y petición,
(adonde nunca llegarán los elegidos)
Acaso alguien camina sin violar la queda
porque no todo descubrimiento es conciliador.
No es un sitio para merecer, pero esta noche se
descubre como una angosta puerta,
y pasan taciturnos a borrar sus cuadernos.
(La primera palabra está en otra página)
La calma suscita un sometimiento que no
importará si es que no importa dividir una casa.
¿Precisan el parlamento esos hombres?
La batalla que interrumpen será olvidada pese a
todo, y en sus memorias continuarán las flaquezas,
los reparos.
"El tiempo que toma hacernos inactuales es el
tiempo del delirio y el afiebramiento",
y como reza el motivo de los guardas,
y así será, así vendrá la luz sobre sus predicciones.
"La primera palabra, que nadie pronuncie otro
nombre y encontrarán el rastro seguro, el final
prescrito".
Si esta es la noche, decidirá la experiencia:
el asedio comienza inexplicablemente
y alguien confiesa sus delaciones.
(La casa parece tan segura, y será la única razón
para abandonarla esta vez)

II
Palabras: en camino quien desciende y anuncia.
Palabras: esperando como una estación revisitada.
Las palabras en la boca de los sitiadores, que hacen
las paces a espaldas del gobierno.
Para cada gobierno un peldaño, y volver a empezar.
(Valgan los oficios que siembran el desconcierto)
El color local, la caridad de provincia,
el azoro de un delegado amenazante: no todo fluye, poeta.
La noche en la poesía regional es simplemente la queda.
La segunda citas, la segunda muerte, la primera
palabra
en su antigua voz.
¿Y quién cambia de parecer, sino el guarda?
Dócil, distanciada otra mujer se estremece.
Nadie necesita esta sorpresa.
No saber del cerco para hacer juego.
En alguna buharda quedan los retratos, las
estampas, las malas noticias.
A la mesa los hijos, las madres que les desconocen
las próximas víctimas.
Así saben cuan larga es la noche, y en la queda
madura el arrobamiento de quienes tardarán
en salir al ruedo.
Así valga el cántico en las afueras, un rumor
casi inaudible y que nadie confiesa.
Así, como un tácito sobresalto, el cántico
quedará en sus oídos,
hasta que llegue el nuevo día...
* Digo “por suerte”, entre otras cosas porque como dice Jorge Luís Arcos "...este grupo de poetas ostenta ya el raro privilegio de haber sido el más antologado en toda la historia de la poesía cubana", y otra colección de poemas de un grupo de autores de mi generación, no pasaría de ser una muestra (y la prueba) de mi estrecho criterio. Volveré sobre este tema en algún momento.

MANUEL SOSA: (Sancti Spíritus, 1967) Poeta. Licenciado en Lengua y Literatura Inglesa. Ha publicado varios libros de poesía entre los que recuerdo "Adviento para música eterna" (1991), y "Utopías del reino", Premio David´91. Reside en Atlanta, EUA.

Foto de archivo.

Nota: El texto tienen una disposición tipográfica que me es imposible reproducir exactamente dadas las limitaciones de este medio y la mías para usarlo. Espero sepan disculparme, sobre todo el autor.

domingo, 1 de junio de 2008

SORPRESA

La Revista Virtual Cañasanta hace una reseña de la obra del poeta cubano Frank Abel Dopico. Su ausencia de los medios y las escasas referencias a su más reciente obra en la internet, nos hacen agradecer este suceso.
Apenas había cumplido los 20 años y mostraba ya un discurso estructurado, trasgresor, que subvertía todo parámetro lógico y temporal para navegar en un universo imaginativo, a veces efectista y siempre atractivo por la riqueza de los giros y las situaciones dramáticas en que hace coexistir sus personajes y referencias.
Hemos rastreado sus huellas, sabemos las consecuencias de su fructífero silencio (dos libros: “El País de los Caballos Ciegos”(Premio Internacional de Poesía Ciudad de Santa Cruz de La Palma)
y “Contrarcadia”) y hemos encontrado estos fragmentos de un texto, al parecer reciente, en el blog de una admiradora de su poesía, que no ofrece otras referencias. Los reproducimos acá como una invitación al poeta y amigo para que nos frecuente en este sitio y se reencuentre con sus lectores que ha tiempo lamentan, como yo, su prolongada ausencia.

EL JINETE Y LAS SOLEDADES (fragmentos)

...
Era un diminuto poema de amor, tan pequeño que aún no tenía besos, ni desesperación, ni tan siquiera una sílaba bajo las estrellas. Nadie se fijó en él. Ningún poeta lo sedujo o lo maldijo. Ningún amante lo pidió prestado. El diminuto poema de amor recorrió las calles, las parejas y las noches. Fue atropellado, espantado y casi muerto. Hasta que Eros –nadie sabe cuándo- se lo bebió, como un antídoto, para salvarse.

...
Ella es esa mujer donde alguien silva. Su traje de persona es tan sencillo que una sonrisa y el azar son su persona. Como he visto que alguna vez quiere tenerme, me pongo bien el dedo y la pulgada. Ella es esa mujer donde yo tiemblo.

...
Soledad:
Perdona al visitante que juega con tus hijas. Perdona al que hizo la promesa de quedarse a cenar, jurando que no eras un castigo y que te prefería. Perdona haber sido el visitante y no quien vive en ti. Tienes que perdonarme. Quiero ir muchas veces a tomar el café, a acariciar tus manos y danzar con tus hijas sobre los arrecifes. Si hago el amor contigo, soledad, no te confíes; no cosas en tu viudez otro traje de novia. Tampoco me maldigas:
Yo te prefiero a veces cuando me traen una sombra que nunca había pedido. También yo te perdono. Tus ojos adivinos que todo lo desnudan. Pues tu también me eliges creo yo, cree mi miedo.

...
Aproximadamente una mujer es algo que está entre las manos y el horizonte. Es algo que tiene que ver con el horizonte y las palomas. Una mujer dobla la esquina y su virtud es ser el único animal que desaparece. No esta más. No volverás a arrodillarte a sus caderas. No gritara más tu nombre en el fugaz martirio de los sexos. Aproximadamente imaginaras qué pasa cuando está con otro hombre., pero te habrás equivocado. Otro hombre y esa mujer serán distintos como es ahora distinta tu manera de tenerla. Tu olvido es el olvido de quien entra a una catedral, entre las telarañas, persiguiendo una voz, un susurro, que al final no es sino un disco con aquellas canciones que escuchaban juntos. Aproximadamente tú estás sentado en el principio y ella no está contigo, exactamente.

...
Si tu mujer va dejando de mirar a las estrellas. Si tu vas dejando de mirar a tu mujer en las estrellas. Si los dos duermen de espaldas hacia estrellas distintas, no pienses que es la hora en que llego el olvido. Demasiado peor: ha llegado el recuerdo.
No, fuiste un misterio que no llegó al amor y ni siquiera al odio. Y ahora te pareces a los trenes que parten y a esa ventanilla cerrada, donde dicen que, en urgente asunto de negocios, parte dios.

La muchacha que baja de la montaña dice que las piedras estaban tristes, que los árboles tenían una actitud muy seria y que lo que no tiene ojos tiene el nombre de montaña. Le contestamos que por eso íbamos a poner un pájaro en cada piedra, un columpio para el sueño en las ramas de los árboles y, para lo que no tiene ojos y tiene nombre de montaña, le llevamos algo así como una mezcla de vicarias y peces, para que pueda ver los gestos de las nubes, la mímica del sol.

FRANK ABEL DOPICO: (Villa Clara, 1964) Poeta, actor y director de teatro. Ha publicado siete libros de poesía: "El correo de la noche" (1989), Premio David´88 y Premio de la Crítica, "Algunas elegías por Huck Finn" (1989), "Expediente del asesino" (1991), “Las islas del aire (1999)” y “El país de los caballos ciegos (2005)”. “Contrarcardia (2006)” se mantiene inédito. Reside en España.

Foto de archivo.