jueves, 1 de octubre de 2009

CINTIO VITIER (1921-2009) E.P.D.

.DEMOLICIÓN

Al fin se consumó, después
de tantas perfecciones tan equívocas,
de tanta precaución y cálculo, probando
que nada fuera inútil, ni lo nimio,
ni los más delicados pulimentos:
al fin se consumó lo improyectado
por la mano, al revés de la materia.
.
La mano reconoce que otra mano
más poderosa hay en la materia,
otro proyecto inverso, otra escultura
abierta al desgarrón que nos genera,
el ojo reventado de la forma,
el descoyuntamiento crucifixo,
el boquete sediento de la luz
manando los destrozos
de una extraña alegría.
.
CINTIO VITIER: Nació en, Cayo Hueso, La Florida, el 25 de septiembre de 1921. Su padre fue el ensayista y educador Medardo Vitier. Graduado de Doctor en leyes. En 1938 publicó su primer libro, Poemas, con una presentación de Juan Ramón Jiménez. Junto a su esposa Fina García Marruz, perteneció al grupo de poetas que hizo la revista Orígenes (1944-1956). Fue profesor en la Escuela Normal para Maestros de La Habana y en la Universidad Central de las Villas. De 1962 a 1977 fue investigador literario en la Biblioteca Nacional "José Martí". Dirigió la edición crítica de las Obras completas de Martí en el Centro de Estudios Martianos hasta 1987 y la edición crítica de Paradiso, de José Lezama Lima (Madrid, Colección Archivos, 1988). Traducido a varios idiomas. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1988, también le fue conferido el Premio "Juan Rulfo" correspondiente al año 2002. Presidió el Centro de Estudios Martianos. Falleció hoy en la ciudad de La Habana, según me comentara el escritor Jorge Ferrer y he confirmado en la página de Prensa Latina.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

que pena y que pérdida.
es duro, además, cuando empieza a desaparecer la generación por encima de uno. los próximos seremos nosotros.

Anónimo dijo...

Es una noticia triste para todos los cubanos, pero queda su obra y con ella sigue vivo por siempre.

Margarita Garcia Alonso dijo...

que pena

saludos Heriberto

Juan Carlos Recio. dijo...

Creo que es una suerte para los cubanos, Cintio y Fina, una suerte desde la sabiduría, y la belleza de su obra, recuerdo lo que me alumbró en mis primeros pasos, intentando escribir, su libro LO Cubano en la Poesía, que descanse en paz.

Manuel Sosa dijo...

Hablé con Cintio y Fina dos o tres veces. Los recuerdo de visita en Sancti Spiritus, en un homenaje que les hiceron, y cómo resistieron una lectura de poetas jóvenes, entre ellos mi amigo Héctor Miranda y yo. Luego de la lectura se nos acercaron en la calle, y nos hicieron unas cuantas preguntas. Cintio era muy generoso, y quería saber un poco más sobre nuestras personas. Aparentemente, detectaron mucho desaliento en lo que escucharon de aquel par de tipos desgarbados y con facha de trashumantes. Y precisamente quería darnos aliento. Pese a que yo no compartía sus afanes teleológicos, fue muy gratificante comprobar su sencillez y bondad personal y poder compartir con ellos aquella vez. Creo que Fina me dijo que habían pasado parte de su luna de miel en Sancti Spiritus y que siempre les alegraba regresar. No recuerdo con exactitud ahora. Es cierto que me sentí defraudado muchas veces con las posiciones políticas de Cintio, pero su obra crítica sigue siendo referencial para entender la poesía cubana. Que descanse en paz.

Margarita Garcia Alonso dijo...

No puedo separar a Cintio de Fina, y me estremece recordar sus charlas con Fayad, unidos por Orígenes. El siempre me pareció el sabio, el investigador; ella la poeta que reglaba el tiempo y daba aliento limpiando sus cristales para que viera mejor. Que en paz descanse.

Josan Caballero dijo...

Gracias Heriberto, por tu labor y omentarios a favor de lo que vale. Yo tambien me sumo y te dejo mi breve homenaje, critico, mas no diatante...

LO CUBANO EN LA POESÍA DE CINTIO VITIER

Por José Antonio Gutiérrez Caballero.



Ha muerto un cubano de la poesía, y hay que darle a Cintio lo que es de Cintio, por eso este homenaje, para que su alma no vaya al rebaño de las tinieblas, y aunque no fue puro, sino también un obrero de la complicidad, que a veces pactó con los que otorgan, al menos trató de salvar la luz, pero no pudo, y no hay que humillarlo en su soberbia, de azul maniqueísta. Sin embargo, nunca fue uno más, y no hay que hacerlo caer en los pecados de esa estrepitosa omisión, porque él supo que pertenecía a la derrota antes que muchos, y ha soportado los insultos del fanatismo, ante el examen de las víctimas que esperan por las definiciones, que serán válidas o no, pero vendrán a juzgar las miserias silenciosas, los gritos de la eternidad, a la que todos asistiremos con la vara de medir una historia, que ya no será asunto, pero servirá para establecer las reglas de la ira, saber cuán manchados o perdidos estuvimos en medio del mal y del amor. Por eso, en este examen, no hay exoneración, pero tampoco hay rabia, ni siquiera un gesto deleznable de fiereza, sino una infinita tristeza, que nos traspasa y se yergue, en la mitad de un odio que se mezcla, aunque por estos días ya nos deja vivir y denostar “la monstruosa construcción”, que mientras se elevaba, iba atando y matando las almas, una a luna, hasta que tantos no pudieron hacerse una excepción, y tuvieron que irse excluyendo, para no consumirse simultáneamente oscuros o inventar el delirio de la conmiseración.

Ha muerto la poesía en medio de lo cubano, pero no padecemos “la voz arrasadora”, que ahora late a lo lejos, ya ceniza, deshilachada, nauseabunda, indeseable y desoída de toda “alusión”.

Ha muerto un cubano en su mitad de poesía, y el origen tendrá pocos escrutinios sin su música, porque su voz es grande entre la medianía, conquistable siquiera y peregrina, aunque ajena a esa jauría.

Ha muerto lo cubano en plena poesía, pero no ha muerto la jauría. Las almas de los muertos que deambulan medirán su osadía, y aunque el examen no sea válido, ni exista la armonía entre los bandos, ni la dicha, tendrán que rendirle pleitesía.

Coral Gables, 2 de octubre del 2009.