Agartha Secret City presenta este domingo 25 de octubre, a las 7:30 p.m., Más que mi poesía: Una noche para conversar con Elena Tamargo.
La presentación de Tamargo inaugura una serie, todos los últimos domingos de cada mes, con la que Carlos Díaz Barrios, al frente de Agartha, pretende un acercamiento más íntimo entre el escritor y su público.
Más que una lectura de poemas –aunque también se leerán algunos-, “se trata de una conversación con el público en la que éste podrá preguntar al autor sobre aspectos de su vida y su obra".
Agartha Secret City Book Store está ubicada en la 133 Giralda Avenue de Coral Gables, Miami. Los interesados pueden comunicarse con Díaz Barrios a través del 305 441-1618.
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EL ÚLTIMO POEMA DEL AÑO DEL ALMA
..............................I
La yegua
La yegua retoza suavemente sobre el rocío.
La sombra informa sus maneras humildes,
sus pruebas de grandeza.
La yegua es suave y fuerte. Le da lecciones al sabio y al dragón.
Ella no sangra.
La luz me sigue.
Es probable que pierda mi camino
pero no necesito hacer brillar la luz delante de mí.
He sido desbordada. Acepto las escrituras
y no acepto laureles.
Amortiguo perpleja el desconsuelo.
No viajo.
Tengo cuidado.
Perdí la mampara y ahora estoy desnuda
y todos pasan a mirarme.
Los trapos de fina seda cuelgan de mi ventana.
Tampoco acepto los degüellos
y al cruzar el agua no miro para atrás
pues me ahogaría.
Ofrendo el corazón mejor que el oro.
Miro sin pena y sigo porque me espera un pozo.
Esa yegua soy yo
cuando me dejan serlo.
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..............................I
La yegua
La yegua retoza suavemente sobre el rocío.
La sombra informa sus maneras humildes,
sus pruebas de grandeza.
La yegua es suave y fuerte. Le da lecciones al sabio y al dragón.
Ella no sangra.
La luz me sigue.
Es probable que pierda mi camino
pero no necesito hacer brillar la luz delante de mí.
He sido desbordada. Acepto las escrituras
y no acepto laureles.
Amortiguo perpleja el desconsuelo.
No viajo.
Tengo cuidado.
Perdí la mampara y ahora estoy desnuda
y todos pasan a mirarme.
Los trapos de fina seda cuelgan de mi ventana.
Tampoco acepto los degüellos
y al cruzar el agua no miro para atrás
pues me ahogaría.
Ofrendo el corazón mejor que el oro.
Miro sin pena y sigo porque me espera un pozo.
Esa yegua soy yo
cuando me dejan serlo.
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.............................II
La boca
Esa boca sobre mi blusa blanca
mi alarma, mi vigilia
esa boca de pan
la boca mía
¿acaso está llamándome?
Ella tiene su paso
se pregunta ¿aquí qué había antes?
sabe cruzar el agua clara de otra tarde
como si allí la vida no fuera tan escasa.
Como la dulce uva del carrillón busca sus calles
busca su cielo, su aljibe, su coro de quejidos
y va luego otra vez hasta la franja.
Esto ocurrió en una ciudad sin puerto
-la mina de dos almas-
allí viví, ciudad graciosa,
intermedia en los aires,
-¿sólo vive quien besa?-
Oh, boca, boca, boca
has llegado a tu pueblo, aquí sigue tu calle sin bombillo
tu ventana entreabierta, tu pájaro esperándote.
Boca diciendo la ele de mi nombre
-¿es boca de libélula?-
boca que halla los agrios del lenguaje
boca llena de migas, de negros espirituales,
dame saliva
un membrillo maduro
dame, mi amor, lo que tu boca quiera.
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La boca
Esa boca sobre mi blusa blanca
mi alarma, mi vigilia
esa boca de pan
la boca mía
¿acaso está llamándome?
Ella tiene su paso
se pregunta ¿aquí qué había antes?
sabe cruzar el agua clara de otra tarde
como si allí la vida no fuera tan escasa.
Como la dulce uva del carrillón busca sus calles
busca su cielo, su aljibe, su coro de quejidos
y va luego otra vez hasta la franja.
Esto ocurrió en una ciudad sin puerto
-la mina de dos almas-
allí viví, ciudad graciosa,
intermedia en los aires,
-¿sólo vive quien besa?-
Oh, boca, boca, boca
has llegado a tu pueblo, aquí sigue tu calle sin bombillo
tu ventana entreabierta, tu pájaro esperándote.
Boca diciendo la ele de mi nombre
-¿es boca de libélula?-
boca que halla los agrios del lenguaje
boca llena de migas, de negros espirituales,
dame saliva
un membrillo maduro
dame, mi amor, lo que tu boca quiera.
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.............................III
Los ojos
El año en que amaba
alguien tenía mis ojos
los llevaba en las manos como anillos
como pedazos de zafiros
los cuidaba desde que se habían cerrado.
Él ganaba y perdía, pero no se asomaba a las ventanas,
guardaba lo demás como mis ojos
las actas, su nombre, la peor de sus horas.
Los tulipanes en Moscú lo habían decapitado
y desde entonces bebíamos juntos leche negra del alba.
Bebíamos y bebíamos,
del cántaro y del cráter
y también de mi mano,
mas lo que ahora se hunde, a quién le pertenece,
rosa de quién si nadie me moldea,
fuimos serenos floreciendo y ya
rosa de nadie.
Quiero mejor ser leña de un hogar
y calentar la leche de los niños,
porque esos ojos míos del ochenta y siete
que aquel cuidaba
están bajos
llorando
cansados de no poder dormir en las camas donde nos acostamos
ellos y yo
a vivir del esplendor
cuando la luz se enciende
o cuando se derriten los corazones de oro
de los niños que beben la leche negra del alba.
Los ojos
El año en que amaba
alguien tenía mis ojos
los llevaba en las manos como anillos
como pedazos de zafiros
los cuidaba desde que se habían cerrado.
Él ganaba y perdía, pero no se asomaba a las ventanas,
guardaba lo demás como mis ojos
las actas, su nombre, la peor de sus horas.
Los tulipanes en Moscú lo habían decapitado
y desde entonces bebíamos juntos leche negra del alba.
Bebíamos y bebíamos,
del cántaro y del cráter
y también de mi mano,
mas lo que ahora se hunde, a quién le pertenece,
rosa de quién si nadie me moldea,
fuimos serenos floreciendo y ya
rosa de nadie.
Quiero mejor ser leña de un hogar
y calentar la leche de los niños,
porque esos ojos míos del ochenta y siete
que aquel cuidaba
están bajos
llorando
cansados de no poder dormir en las camas donde nos acostamos
ellos y yo
a vivir del esplendor
cuando la luz se enciende
o cuando se derriten los corazones de oro
de los niños que beben la leche negra del alba.
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ELENA TAMARGO: La Habana, Cuba. Premio de Poesía de la Universidad de La Habana, 1984; Premio Nacional de Poesía “Julián del Casal”, de la UNEAC, 1987. Germanista y Filóloga; Doctora en Letras Modernas. Académica, ensayista y poeta. Traductora de la obra de F. Hölderlin. Entre sus libros de encuentran: Sobre un papel mis trenos, Habana tú, El caballo de la palabra, El año del alma, Poesía de la sombra de la memoria y Bolero, clave del corazón. Después de una estancia en Rusia y otra en México, ahora vive en Miami.
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6 comentarios:
La poesia de Elena es, primero que todo, conmovedora; se siente al leerla que es una cascada de vivencias, y no un alarde de cripticismo y de oscuridad como en otros; en fin, verdadera poesia que nos ensancha el alma.
Baltasar Santiago Martin.
Ele:
¡Eso es poesía!
Al contrario de César Vallejo en España aparta de mí este cáliz, tu no digas Mata y escribe. Sigue diciendo: Ama y escribe.
Trataré de ir a tu conversación.
Besos a Elena y a ti, Heriberto, por compartir esta noticia y este poema. los quiero y los veo ya casi, a medio noviembre.
¡Es hermoso, Elenita! Gracias a ti y a Heriberto por comapartir tu poesía..Ojala pudiera estar allí con ustedes.
Elena, qué bueno que estas escribiendo estos poema tristes y hermosos donde Osvaldo asoma sus ojos y uno lo ve con sus manos arañando el mundo... te amo. carlitos olivares baró
Hola: Elenita Tamargo soy Jaime Guerrero, compartí contigo en México, no se si me recuerdas, pero tus ojos , tu sonrisa , tu poesía, tus pláticas, tu canto y tu perfume de mujer libre siguen en mis recuerdos.
Trabajamos juntos en la Revista Quién. mi email jaime@magisterio.com.mx
Vaya un beso hasta Miami para que inunde tu poética geografía.
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