jueves, 10 de noviembre de 2011

EXTREMA SOLUTIO

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......................................La vida empieza a olvidarme,
......................................la muerte a reconocerme.
................................................Edmond Javès.

En el extremo en que la vida insiste
....en ser un juego, un tiempo sin retorno,
....en el sitio en que el diezmo de un adorno
....cobra del muro el viento, y aún resiste

....volver a tierra limpia, a prado; el horno
....dejará de quemar, porque elegiste
....maderos de otro bosque. Si la triste
....resina, que las llamas del soborno

....arder hicieron por la vida darte,
....a reclamar de la ceniza el fuero
....en que obviando palabras y dinero

....y verdad y mentira, han de juzgarte,
....para el portón del veredicto artero
....enviará la muerte un cerrajero.
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5 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta, abrazo, sonia

Anónimo dijo...

Échate esto Hery, tú que siempre andas a la búsqueda de buena poesía:

Periplos

I

de más está decirlo
de más como la penuria o la esclerosis

hubo un tiempo en que la gente se acostaba al amanecer
luego de haber dado curso a sus muy bajos instintos
hubo un tiempo en que no había de qué preocuparse
si tenías la barriga llena no importaba
pues la contemplación era más relevante
que el hambre o la insurgencia

no existe el azar en mi país, no existe el peligro
por lo que hombres y mujeres se tienden los unos
de espaldas a los otros
luego de haber fornicado como monos en la copa de un árbol

el silencio es un arma acá, la vegetación estrambótica
una forma de peregrinaje

el archipiélago retumba a través del eco del rugido
de las muchachas que abortan
no hay lápices de colores ni hermandades secretas
en la tierra más fermosa que ojos humanos vieron

de más está decirlo
nadie jura, nadie pide permiso ni espárragos
dos más dos son cuatro en las cabezas de los iluminados

II

a ratos el archipiélago se tensa
como el equilibrista sobre la cuerda floja
entre la muchedumbre, en los puntos de venta al uso
a los revendedores se le hace un nudo en la garganta

cómo sufro, ya no quiero mi país
terruño insólito, equidistante, en fuga
no tengo brújula ni dejo rastro ni me amparan
no sé qué es recordar lo que me viene a la memoria

soy la marimba, quien se apresta a degollar
el que se orina
quien lleva los pantalones
el que está en candela

Heriberto Hernández Medina: dijo...

Habrá que creerte…
Siempre será mejor que leerlo.

Anónimo dijo...

Por eso es que se meten contigo.
Tu tampoco eres un santo.

Heriberto Hernández Medina: dijo...

Amigo, ni a los santos les gusta que vengan y le echen basura en su jardín.