domingo, 29 de noviembre de 2009

OCHO / VIII / 8

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Había un segundo mágico en que la, hasta ese momento, ebriedad patética se convertía en una luminosidad que adquiría cualidad de aura. Delfín Prats había comenzado a leer –o a decir de memoria sus versos fingiendo que leía el libro que a duras penas retenía en sus manos- y era un milagro real. Nadie hubiese supuesto que aquel hombre podría tenerse en pie. El caso es que allí, en el patio de una casona cienfueguera, balanceándose ligeramente y evidenciando su precario equilibrio, el mítico poeta holguínero leía, sin permitir lugar para el asombro, un texto tras otro, ante más de trescientas personas. Luego de una década de silencio, el poeta se había convertido en un mito viviente y sus versos eran una lectura recurrente para nuestra generación. Este texto particularmente, parecía estar fundando una preceptiva informal, una renovada clave sonora para romper el monocorde discurso oficial.
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HUMANIDAD / Delfín Prats
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hay un lugar llamado humanidad
un bosque húmedo después de la tormenta
donde abandona el sol los ruidosos colores del combate
una fuente un arroyo una mañana abierta desde el pueblo
que va al campo montada en un borrico
hay un amor distinto un rastro que nos mira de cerca
pregunta por la época nueva de la siembra
inventa una estación distinta para el canto
una necesidad de hacer todas las cosas nuevamente
hasta las más sencillas
lavarse en las mañanas mecer al niño cuando llora
o clavetear la caja del abuelo
sonreír cuando alguien nos pregunta
el porqué de la pobreza del verano y sin hablar
marchar al bosque por leña para avivar el fuego
hay un lugar sereno un recobrado y dulce lugar
llamado humanidad
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DELFÍN PRATS: (Holguín, 1945) Poeta, traductor y narrador. Nació en Holguín, en 1945. Estudió Filología y Lengua Rusa en la Universidad Lomonosov de Moscú, en la desaparecida Unión Soviética. En 1968 su poemario Lenguaje de mudos ganó el premio David de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Sin embargo, la obra fue censurada, y el autor condenado a pasar dos años en los tristemente célebres campos de las U.M.A.P. Su obra poética se mantuvo inédita durante toda la década de los setenta, al igual que toda su obra narrativa, la cual aún hoy no ha sido impresa. Prats volvió a publicar en Cuba en 1987 cuando apareció Para festejar el ascenso de Ícaro, que ganó el Premio Nacional de la Crítica. Reside en Cuba.
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Ha publicado cinco libros de poesía: Lenguaje de Mudos (1968), Para festejar el ascenso de Ícaro (1987), Abrirse las constelaciones (1994), Lírica amatoria (2001) y El esplendor y el caos (2002)
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Nota: Continuamos poniendo todos los domingos textos que por alguna razón tuvieron una significación especial en la década de los ochenta y en algunos de los turbios años posteriores. Para ver los post anteriores, picar en UNO / I / 1, DOS / II / 2, TRES / III / 3, CUATRO / IV / 4, CINCO / V / 5, SEIS / VI / 6 y SIETE / VII / 7
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1 comentario:

Juan C Recio dijo...

Es cierto un milagro real, escucharlo con esa luminosidad con la que leía textos como este. Un poeta mayor.