domingo, 22 de noviembre de 2009

SIETE / VII / 7

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Cuando Frank Abel Dopico -éramos entonces adolescentes muy propensos a fabular-, nos leyó versos como: Mi casa siempre se ha alimentado de los muertos, que inicia su poema Una historia de humor anaranjado, todos elogiamos su inusual manejo del lenguaje, su sentido del humor, entre sardónico y surrealista, pero sobre todo su enorme imaginación. Asumíamos un sustrato de lecturas y una memoriosa elaboración colmada de referencias, que expresaban más, nuestro deseo de entonces de demostrar que a la literatura se llega por un único camino flanqueado de estantes cargados de libros, que la verdad. Todo lo opuesto. Sus versos expresaban literalmente la realidad y el escape hiperbólico de ella consistía en pasarla por ese tamiz, mezcla de reflexión e inocencia que inunda su primer libro y vemos renacer en algunos textos recientes publicados acá. El poema que proponemos hoy, vibra en esa –quizás su mejor cuerda-, y fue un texto que se acomodó en la memoria afectiva de toda una generación y hoy sigue fresco en ella.
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APUNTES DE GULLIVER / Frank Abel Dopico....................................................a Miguel Barnet y a Pedro de la Hoz..Crecieron los enanos que huían de las flores.
Creció un arbusto seco tan alto que sostuvo el peso de los cielos.
Creció Yudith aunque sigue escuchando a las hormigas.
Creció el perro blanco a pesar de las piedras y los palos.
Creció el brazo derecho a pesar del brazo izquierdo y a pesar de

......................../los escalofríos y las playas.
Creció la tormenta. Sin lluvia.
Crecieron los mapas y los diccionarios a pesar de las barricadas

......................../del reloj.
Creció el príncipe pero no tiene el reinado prometido.
Creció la puesta del sol. Con algunos errores, eso sí.
Crecieron las muchachas de mi barrio, una a una, seno y aire.
Los muchachos también, de pronto, frente a la antigua bodega

......................../y con permiso de los padres.
Creció mi primer amor y mi segundo amor, el tercero y así hasta

......................../el infinito.
Fulano se hizo grande, no recuerdo su nombre, pero un día me

......................../golpeó sobre los ojos.
Creció mi país y salió de viaje por el mundo, como en las aventuras.
Creció el cuchillo del hombre que vendía atardeceres.
Creció la añoranza y ya no le sirven los vestidos.
A José, el mudo, no le hizo falta crecer porque cambió el crecer por

......................../su jardín de rosas.
Alguien, lejanamente, hace crecer sus sueños pintándole los labios.
Crecieron los piratas, ahora el mar les parece más pequeño, los

......................../tesoros abundan.
Creció la primavera, alta, pensante, con las uñas postizas.
.Únicamente los juguetes conservan su estatura. .
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FRANK ABEL DOPICO: (Villa Clara, 1964) Poeta, actor y director de teatro. Ha publicado los libros de poesía: El correo de la noche (1989), Premio David´88 y Premio de la Crítica, Algunas elegías por Huck Finn (1989), Expediente del asesino (1991), Las islas del aire (1999) y El país de los caballos ciegos (2005). Contrarcardia (2006) se mantiene inédito. Reside en Cuba.
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Nota: Continuamos poniendo todos los domingos textos que por alguna razón tuvieron una significación especial en la década de los ochenta y en algunos de los turbios años posteriores. Para ver los post anteriores, picar en UNO / I / 1, DOS / II / 2, TRES / III / 3, CUATRO / IV / 4 , CINCO / V / 5 y SEIS / VI / 6
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1 comentario:

Juan C Recio dijo...

Frank Abel es uno de los más representativos de los 80, excelente poeta. Gracias nuevamente por estos domingos.
JC Recio