.
.DERECHO DE CONFESIÓN
.
Románticos guardianes de una vida,
dulces detectives,
temerarias cortesanas en servicio.
Nadie estuvo conmigo
aquella tarde en los acantilados.
Siempre he muerto solo
Incendiadas barcazas junto al mar
y nada más.
Nadie al partir
y nunca nadie al regreso.
Sólo el crepúsculo aplastando mi sombra
y aquella infausta belleza
que aún me busca -toda ella-
con su vasto gemido azul.
.POR LAS CALLES DE ANAIN.Esta noche pongo cielo,
tierra, corazón,
me la llevo en una niebla
de José Antonio a Portillo
y te busco arrullándola
como si de veras perdiera
-sibilino y tardo en tus calles-
un desorden, mi bella,
un insecto,y araño de nuevo tus cristales..
.UNA BRIZNA DE ALEGRÍA
.En la noche eterna de Anain
yo te amo. Beso tu boca
y tu saliva es dulce como la miel,
aunque liviana
como la lluvia que en mayo
canta en los aljibes.
Beso tus pechos, tus tibios
y queridos pechos,
y la tierra de tu aliento brama
sobre mí
con todo el fervor de la primavera..Mientras la luna alumbra la senda encantada de Anain,
el amor de los muertos esta noche en nosotros perdura,
y nuestra casa es como si fuera entonces
una brizna de alegría que entregamos al mundo..
Carlos Barrunto: (Holguín, Cuba 1952). Terminó estudios superiores de Pedagogía y Dramaturgia a fines de la década del setenta, y a partir de entonces alternó la docencia con la realización de programas radiales. Sus poemas se han visto publicados en diversas revistas literarias de Cuba y el mundo. Recientemente vio la luz en Miami su poemario Como casi nadie sabe (Editorial Silueta, 2008). Desde 1992 radica en los Estados Unidos.
.Ilustración: Threshold de Heriberto Mora (Oil on canvas / 48 x 48 in / 2006): Obra reproducida en la portada de su libro Como casi nadie sabe.
.
.DERECHO DE CONFESIÓN
.
Románticos guardianes de una vida,
dulces detectives,
temerarias cortesanas en servicio.
Nadie estuvo conmigo
aquella tarde en los acantilados.
Siempre he muerto solo
Incendiadas barcazas junto al mar
y nada más.
Nadie al partir
y nunca nadie al regreso.
Sólo el crepúsculo aplastando mi sombra
y aquella infausta belleza
que aún me busca -toda ella-
con su vasto gemido azul.
.POR LAS CALLES DE ANAIN.Esta noche pongo cielo,
tierra, corazón,
me la llevo en una niebla
de José Antonio a Portillo
y te busco arrullándola
como si de veras perdiera
-sibilino y tardo en tus calles-
un desorden, mi bella,
un insecto,y araño de nuevo tus cristales..
.UNA BRIZNA DE ALEGRÍA
.En la noche eterna de Anain
yo te amo. Beso tu boca
y tu saliva es dulce como la miel,
aunque liviana
como la lluvia que en mayo
canta en los aljibes.
Beso tus pechos, tus tibios
y queridos pechos,
y la tierra de tu aliento brama
sobre mí
con todo el fervor de la primavera..Mientras la luna alumbra la senda encantada de Anain,
el amor de los muertos esta noche en nosotros perdura,
y nuestra casa es como si fuera entonces
una brizna de alegría que entregamos al mundo..
Carlos Barrunto: (Holguín, Cuba 1952). Terminó estudios superiores de Pedagogía y Dramaturgia a fines de la década del setenta, y a partir de entonces alternó la docencia con la realización de programas radiales. Sus poemas se han visto publicados en diversas revistas literarias de Cuba y el mundo. Recientemente vio la luz en Miami su poemario Como casi nadie sabe (Editorial Silueta, 2008). Desde 1992 radica en los Estados Unidos.
.Ilustración: Threshold de Heriberto Mora (Oil on canvas / 48 x 48 in / 2006): Obra reproducida en la portada de su libro Como casi nadie sabe.
.
4 comentarios:
Bellos poemas.
Economía en la lenguaje, palabras precisas que dejan un agradable sabor al degustarlas. Muy buen poeta.
ok carlos, he leído con gusto esos poemas
Gracias a los dos anónimos, y también a mi amigo, el poeta Rolando Jorge.
Publicar un comentario